Sunday, October 16, 2016

Bob Bartley ¿dónde estás?




“Disgustados por la mala conducta china cuando muestran calificaciones de crecimiento superior al 10%, con inflación de un 2%, proceden al castigo. Pero todo esto suena como una de las venenosas recetas del FMI asesorados por ese economista keynesiano, Paul Krugman.”
RICARDO VALENZUELA
Durante años me he dedicado a recitar la estrecha lista de gente que admiro y al eliminar iconos de la historia, dicho listado luce realmente raquítico. Uno de esos personajes es don Hugo Salinas Price quien, portando el título de tío de mi gran amigo, Roberto Salinas León y hermano del padre de Roberto, don Roberto Salinas Price, conforman algo fuera de lo tradicional, una familia realmente admirable.


Son muchos los motivos por los cuales nació mi admiración por don Hugo. Sin embargo, en esta ocasión me quiero referir a sólo uno de ellos: Ese gran cruzado quien durante tantos años ha luchado, con pasión y persistencia, para llevar a todos los rincones de México su evangelio advirtiendo los peligros que acechan al mundo ante un esquema monetario que, poco a poco, cual silencioso cáncer, avanza para consumir los órganos vitales de las economías.
 
Pero don Hugo, a diferencia de la multitud de profetas apocalípticos especialistas en el anuncio de Armaggedon, ha dedicado la parte más importante de su cruzada a la oferta del tratamiento para la enfermedad, y el así paciente recupere su salud: Un sistema monetario para México respaldado por plata.

Hace un par de semanas, tuve un intercambio de mensajes con él que me provocara cierta extrañeza. Sus mensajes me parecieron un poco fuera de contexto y, por esa admiración y respeto que le tengo, procedí a señalar mi desacuerdo temeroso que, como la mayoría lo hace, molesto arreciara el tono.

Sin embargo, la respuesta tampoco me sorprendió. Como el hombre sabio que es, aceptaba mi señalamiento. Pero lo trascendente del contenido se revelaba cuando me expresaba el motivo; su gran preocupación ante lo que, con certera puntería, anunciaba como una grave sacudida de la economía mundial. Pero su exposición viajaba más lejos del virus atacando el sistema monetario mundial. Exponía otra serie de factores acudiendo ya al potaje producto de su preocupación.

Afirmaba uno de mis profesores la economía es una red y al mover uno de sus hilos, se cimbraba la red entera. La semana pasada, con epicentro en China, se inició un Tsunami conduciendo su paso a gran parte del planeta. Después de reportar un crecimiento de casi 11% durante 2006, China, presionada y preocupada por tal evento, procede a la manipulación de sus palancas monetarias provocando histeria y el derrumbe de todas las bolsas del mundo y, más grave, las expectativas racionales presentes.

Pero ¿realmente atestiguamos el inicio del Armaggedon? Aun sonando como un viejo cliché, no lo puedo callar: Estamos viviendo la era más excitante en la historia de la humanidad.

Hace años publiqué un escrito titulado; El Individuo Soberano. Las reacciones provocadas las resumo, cuando alguien me acusó de haberlo confeccionado cuando consumía un carrujo de marihuana gold oriunda de Sinaloa. El mensaje era simple; el Internet estaría derrumbando todas las barreras mundiales, y es el futuro de los verdaderos mercados libres. Cerraba afirmando una de tales consecuencias sería la creación de la moneda privada y cibernética respaldada con oro y plata. Creo que el error de mis afirmaciones fue proyectarlas para la tercer década de este nuevo siglo, porque amigos, ya están aquí.

El comportamiento de las bolsas del mundo esta semana, me parece similar a la reacción de los yaquiscuando los empezaran a combatir utilizando una novedad, el aeroplano. Fue tal su desconcierto ante tal avance, que los bautizaron como los Pájaros Cuachones. La tecnología está produciendo el mismo desconcierto en los gobiernos, y se refleja en la economía mundial pasando facturas en su creativa destrucción de los mercados.

China inició el terremoto para frenar su “boom y la especulación en su bolsa.” Decretos obligando a mantener reservas superiores a sus bancos, aumento de los tipos de interés, rumores de modificaciones al impuesto sobre ganancias de capital y cierto control de sus flujos, encendían la mecha. Pero todo esto suena como una de las venenosas recetas del FMI asesorados por ese economista keynesiano, Paul Krugman. Disgustados por la mala conducta china cuando muestran calificaciones de crecimiento superior al 10%, con inflación de un 2%, proceden al castigo. Esa mala conducta deberían de seguir los europeos y, en especial, América Latina.

A esta hoguera le arrimaba leña ex Súper Alan prediciendo una recesión en EU producto de su déficit fiscal. Pero al analizar la tendencia, veremos que el déficit ha iniciado su evaporación producto de los ingresos fiscales record generados por los recortes de impuestos (la curva de Laffer). El ingreso per capita continúa incrementándose y la creación de empleos llega a nivel record. Las exportaciones se mantienen robustas y una corrección de los inventarios, redujo el crecimiento del último trimestre del año pasado.

Pero el condimento más importante restándole amargura al potaje, es una economía que, iniciado la ruptura de cadenas estatales, toma su timón la tecnología elevando sus niveles de productividad a insospechadas alturas. Además, esta cruzada es liderada, no por gobiernos, sino por una novedosa empresa libre que cada día se aleja más de los tentáculos estatistas. Los cuatro enemigos de la prosperidad: inflación, impuestos, controles al comercio y regulaciones, escapan los radares del gobierno neutralizados por esa tecnología.

De la misma forma que la producción masiva de libros fuera increíblemente subversiva para las instituciones medievales, en especial la iglesia, la micro tecnología ha ya demostrado lo subversiva que es para el viejo estado y su control que se evapora.

Entonces ¿Todo es verde horizonte? No todo, en EU desde la toma del congreso de parte de los demócratas, se arrecia las amenazas para combatir, aun más que los republicanos, esa tendencia liberatoria. Pero la más grave es el revivir de los sindicatos cuando, estilo mafia, intentan modificar las bases para elegir a sus líderes. La embestida tiene varios objetivos, pero el más importante es invadir el SiliconValley, centro tecnológico, cuna de la innovación y refugio de la nueva economía que, a pesar de los gobiernos, sigue su avance. Ello, regresaría el país a los años 60 y 70 con vestimenta cortesía de Stagflación.

La ignorancia que exhibe “el mercado” eligiendo a los Hugo Chávez y CIA, se convierte en infinita sabiduría cuando, en la libertad y armado de la tecnología, a través de la fijación de un sistema de precios conducen la economía a terrenos inexplorados, pero que Paul Romer describe proyectando un ingreso per capita de $200,000 dólares para el año 2020. Entonces, recordemos el mensaje del inolvidable Bartley: “El optimismo paga.”

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