Monday, June 20, 2016

Ecuador confía en el dólar, no en sus políticos populistas

Lo realmente importante es que los ecuatorianos no confiamos lo suficiente en el Gobierno y en su marcado populismo

(Flickr) moneda en Ecuador
Estamos cerca de cumplir dos décadas usando el dólar como moneda. De cierta forma, fue la moneda que se ganó nuestra confianza. (Flickr)
Desde tiempos remotos, los seres humanos hemos recurrido al intercambio para mejorar nuestras vidas. En un principio fue mediante el trueque, pero por la ineficacia de dicho sistema tuvimos la necesidad de buscar otra forma de llevar a cabo el proceso. Es allí donde comenzamos a experimentar con diferentes artículos que podían representar el valor de los diferentes bienes y servicios. Durante nuestra historia hemos utilizado muchas cosas con este fin, en Ecuador, por ejemplo, alguna vez usamos el Spondylus como moneda.



Estamos cerca de cumplir dos décadas usando el dólar como moneda. De cierta forma, fue la moneda que se ganó nuestra confianza, respeto y la que nos ha permitido quitarle a los diferentes Gobiernos un poco el poder de hacer lo que quisieran con el valor de nuestra moneda, cosa que sí sucedía con el Sucre, travesura de los políticos que fue otro factor que nos llevó a la crisis financiera de 1999.
En Ecuador, actualmente, hay mucho debate alrededor del nuevo capricho del Gobierno sobre la creación de una nueva moneda electrónica, sistema que el Gobierno quiere monopolizar a través del Banco Central y ya todos sabemos lo que sucede cuando existe un monopolio creado por la ley, básicamente, al no tener competencia y estar protegido de ella, la entidad usualmente llega a cometer grandes y graves abusos.
El Gobierno de Ecuador ha creado privilegios para su moneda electrónica y ha complicado al dólar con el fin de que la gente se sienta más atraída a migrar hacia el propio sistema de monedas del Gobierno. Por ejemplo, si compras con moneda electrónica pagas unos cuantos puntos menos de Impuesto al Valor Agregado (IVA), se supone que por asunto de mercado la gente buscaría comprar con una moneda con la que las cosas resulten más baratas. Esto es, a parecer de quien escribe, un plan bastante maquiavélico, puesto que si hiciera eso con el dólar se reactivaría la economía más rápidamente, algo que hace mucho tiempo necesitamos, más aún luego del terremoto y de la crisis en la que se encuentra nuestro país.

Los ecuatorianos y la desconfianza

Es natural que el ecuatoriano no confíe en esa moneda, es de naturaleza gubernamental el creer que el dinero es infinito y más aún para éste Gobierno autodenominado de la Revolución Ciudadana que se ha dedicado a hacer reformas tributarias a más no poder, que ha manejado la época de bonanza más grande en toda la historia de nuestro país y aún así siente que le hace falta más y más dinero, incluso dejándonos más endeudados que nunca. Claro, siempre con el ferviente deseo de poder devaluar para que de esa forma no se escape absolutamente nadie de la exprimida económica.
Pareciera ser que el Gobierno nos está diciendo algo así: “total no es mi plata”. Es que de hecho no lo es, por eso no tiene los incentivos para administrarla correctamente. La crisis en la que nos hayamos es por falta de previsión del Gobierno, el excesivo gasto público creando ministerios y secretarías innecesarias, pagando sobreprecios en prácticamente todas las obras que realizó e invirtiendo en cosas que nadie necesita y otras que nunca fueron terminadas.
Hoy nos encontramos con un sinfín de promesas rotas, incluyendo el paquetazo que nos mandó hace poco y que dijo que nunca haría, las miles de casas con paneles solares que no existen, el no cumplir ni con el 25% de las unidades del milenio que prometió, entre otras tantas promesas.
¿Cómo confiar en un Gobierno así? Suerte que muchos no nos comimos ese cuento.
Hay otras tantas cuestiones que se dicen de esta moneda electrónica anteriormente mencionada. Se habla de políticas monetarias que algunos dicen que necesitamos, otros que no, también se habla sobre si es una forma o no para desligarnos del dólar, pero para mí, lo realmente importante es que los ecuatorianos no confiamos lo suficiente en el Gobierno y en su marcado populismo, como para utilizar una moneda controlada por ellos mismos.
Este Gobierno no puede ni podrá lograr ni lo uno ni lo otro, al menos que nos obliguen a hacerlo a través de cualquier mecanismo que obviamente incluiría, una vez más, un abuso por parte del poder estatal, abuso al que debemos estar todos atentos y reaccionar.

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