Sunday, October 23, 2016

¿DEMOCRACIA O REPUBLICA?



REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
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“Un hombre sabio nunca dejaría el destino a merced de la suerte, tampoco trataría de encausarlo a través del poder de la mayoría. Hay muy poca virtud en las acciones de las masas.”

                                   Henry David Thoreau

Siendo niño tuve una rara experiencia que me acompaña desde entonces. Mi abuelo materno era muy amigo del gobernador de Sonora en los años 50; Don Ignacio Soto. Al tomar don Nacho posesión de la gubernatura, mi abuelo conociendo su amor por los caballos, le regaló un par de potrillos los que don Nacho mantenía en las cuadras del ejército en viejo cuartel militar en el centro de Hermosillo.



Los domingos don Nacho acostumbraba a montar los potros y en algunas ocasiones, le solicitaba a mi padre permiso para que yo fuera su Sancho Panza y, felizmente cabalgábamos por los alrededores de la ciudad. Sin embargo, al finalizar la administración del gobernador caballero, como le apodaban a don Nacho, se encontraba en la encrucijada de que hacer con los caballos. Como el hombre práctico que era, simplemente se los regresaba a mi abuelo y le pedía enviarlos de nuevo a su lugar de origen.

En el rancho había gran expectativa por verlos de nuevo. Al llegar el camión que los transportaba, lo primero que atestiguábamos era la cabeza de los caballos cuando estirando el largo cuello, confundidos miraban su nuevo entorno. Al momento de evacuarlos, pudimos apreciar su belleza pero también con desagrado, la forma grotesca en que les habían crecido las pesuñas y sobre todo, cómo temblaban al pisar de nuevo la tierra que los había visto nacer.

Mi abuelo me explicaba el que, cuando los caballos permanecen encerrados por mucho tiempo, les sucedía eso y dando instrucciones para que les limaran las horrendas pezuñas, pregunta; ¿no será peligroso el soltarlos al monte después de 6 años de encierro? El mayordomo responde; no creo, aquí nacieron y hay que soltarlos pues ya los ve como están de excitados. Era un espectáculo mirar cómo los animales al abrirles la puerta del corral, lo abandonaban en una veloz carrera retozando por todos los llanos de las cercanías, y se perdían en el monte.

Pero mi abuelo se veía consternado y el mayordomo le pregunta; ¿Qué le preocupa? Con gran sabiduría responde; esos animales no saben andar sueltos ni saben de monte, y el soltarlos así, me parece que se pueden lastimar. Unos días después campeando con los vaqueros, encontrábamos a los dos caballos muertos luego que tratando de beber agua en un represo, se quedaran atrapados en el lodo para expirar de sed.

Esa noche mi abuelo me daba otra de sus sabias lecciones: “La libertad y el monte son muy hermosos” me decía, “pero hay que conocer a los dos. Esos animales necesitaban aprender para poder abandonar su largo encierro. La vida es igual continuaba, para galopar primero hay que aprender y conocer todas las veredas de la vida, porque si no, testereas los alambres.”

Nunca me imaginé que la parábola me describía el Mexico que hoy vivimos. En nuestro largo cautiverio nos encontramos ahora con una nueva libertad que no conocemos, ni tampoco las veredas de la jornada que nos espera. Gritamos con furia y compulsión se nos diera oportunidad de participar en los destinos del país, y nos hemos atascado en el lodo de la demagogia. No hemos podido distinguir República de la democracia que tanto exigimos.

La República es un gobierno representativo regido por la ley. Democracia es el gobierno colectivo de las masas y es regido por eso; las masas. La República reconoce los derechos individuales e inalienables, mientras que, la democracia sólo le preocupa las necesidades de las masas, formando la burocracia profesional y la economía de la política.

En la República legislar es un cuidadoso proceso que requiere aprobación de las tres ramas del gobierno, la Suprema Corte y jurados individuales. En la democracia es un proceso de aprobación de parte de esa mayoría a través de encuestas, referéndum y manifestaciones. Una democracia fue la que condenó a Jesucristo a la cruz. La democracia se autodestruye cuando las improductivas mayorías se dan cuenta de que, tienen el poder para votar y recibir sus golosinas de parte de la minoría productiva, eligiendo candidatos que les prometan eso; el circulo vicioso de impuestos—gastos para el reparto de los dulces.

James Madison advertía en el congreso continental: “Las democracias siempre han sido espectáculos de turbulencia, han sido igual incompatibles con la seguridad personal y los derechos de propiedad; en general han tendido cortas vidas y, han muerto violentamente.”

“La República es el gobierno que adquiere sus poderes directa o indirectamente de la gran masa de la sociedad civil, es administrado por personas en funciones por un periodo de tiempo limitado, y es calificado por su eficiencia. Es esencial que ese gobierno sea emanado de una gran parte de la sociedad civil y no de una pequeña clase favorecida porque de otra forma, un puñado de tiránicos nobles ejerciendo su opresión vía delegación de poderes, puedan aspirar a la clasificación de república y, exigir para ese gobierno el honorable titulo: República.”

La democracia le sirvió un Allende a Chile, un Chavez a Venezuela, un Krichner a la Argentina y los macheteros de Atenco a Mexico. La democracia nos ha servido la ridícula caravana de los zapatistas, un  Congreso de 500 demagogos y mantienen el país secuestrado, el ataque del Barzón a las instalaciones de San Lázaro y, es muy posible que nos sirva al Pejalagarto como Presidente.

Imaginemos un mundo con un gobierno democrático universal. ¿Cual sería el resultado de una elección? Lo más probable es que un chino o hindú fuera el presidente en funciones y luego, a petición de las masas y para mantener su voto, se decretaría el que el mundo occidental tiene demasiada riqueza y, es necesario el llevar a cabo una redistribución organizando un ejido mundial.

Pero a medida que la tecnología avanza se precipita la desaparición de los politicos demagogos y profesionales. Una nueva alternativa de gobierno estará surgiendo; el gobierno empresarial, el de la meritocracia cuando el mercado poco a poco desplaza el estado. Surge ya un poder judicial privado a nivel mundial con extraordinarios resultados.

Estará naciendo una nueva soberanía comercial que, finalmente como lo afirma Hans Herman Poppe, desembocará en el separatismo de estados y países para formar entes autónomos y soberanos. Entonces, ¿en Mexico queremos democracia o un sistema republicano? ¿La dictadura de las masas y la demagogia, o la dictadura de la ley y resultados? ¿El centralismo de siempre, o estados autónomos? El gran abogado italiano Bruno Leoni pregunta: ¿Podremos llevar a cabo comparaciones exitosas entre el mercado y formas no legislativas de ley? Porque si no lo hacemos, la tiranía de las masas nos llevará al verdadero Apocalipsis.

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