Sunday, October 23, 2016

EL DESINFLE JAPONES. ¿EL ESTADO O EL MERCADO.?



Ricardo Valenzuela.
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El mundo entero se estremece ante los terremotos financieros internacionales que ya afectan toda Asia, la vieja Unión Soviética, y muy particularmente Japón. Ante el entorno geopolítico en que nos encontramos prácticamente al final de este milenio, hay importantes lecciones que tenemos que aprender. El caso de Japón debe de ser una llamada de atención particularmente para países como México, que no han logrado encontrar su identidad económica, política y social, y todavía insisten en buscar la solución de todos sus problemas en ese ser amorfo; el Estado.

Después del colapso del comunismo estilo Unión Soviética, el modelo económico Japón SA---tercera vía---- se identificó por muchos como la única alternativa para competir con el capitalismo democrático y de mercado del mundo occidental. Sus admiradores americanos-----que fueron bautizados como “los revisionistas”-----a finales de los 80s y principios de los 90s, argumentaban que los EU no podría competir con esa forma tan especial de capitalismo dirigido por el Estado practicado por Japón. Ellos afirmaban; A menos de que Washington adopte el estilo japonés, abandone los mercados libres a favor de un “comercio internacional manipulado,” y la activa participación del Estado en la economía, los EU se convertirá en una colonia de Japón.


Hoy día, el veredicto es el siguiente: los revisionistas fatalmente se equivocaron tanto en sus afirmaciones de la amenaza llamada Japón, como en sus  recomendaciones para que los EU cambiara sus políticas. Japón no domina económicamente el mundo hoy día; todo lo contrario, ha sufrido la década perdida con la crisis económica que lo abate ya por casi 8 años. El modelo Japón SA no ha eclipsado al capitalismo estilo occidental; pero además hay un consenso general en ambos lados del pacifico de que dicho modelo ha sido un  fracaso. Países al norte y sur del pacifico se encuentran abrazando el modelo de capitalismo democrático, capitalismo de mercado ante la crisis económica mundial de la que culpan al capitalismo oligárquico de Japón. Al mismo tiempo, los EU se encuentran disfrutando un período récord de prosperidad porque precisamente ignoraron los consejos de los revisionistas. 

Los problemas de Japón son ahora muy obvios. Para revivir su economía deberá de establecer un sistema en el cual el capital sea invertido, no de acuerdo a las relaciones personales establecidas entre las mafias de negocios o las políticas gubernamentales, pero en respuesta a las señales claras y entendidas de los mercados. Japón necesita abandonar los rasgos de su sistema que los revisionistas tanto admiraban y promovían.

El gran error de los revisionistas fue el creer que un pequeño grupo de burócratas podrían ser mas eficientes que los millones de ciudadanos tomando decisiones de que comprar o vender, y de esa forma disparar los valores de sus mercados tanto financieros como inmobiliarios. Solo unos años después, eso mismos burócratas fueron requeridos para reventar la burbuja.

¿QUE FUE LO QUE SUCEDIO?.

Hace diez años los EU se encontraban librando un agonizante debate acerca de sus relaciones con Japón. La mayoría de las industrias americanas----automóviles, electrónicos, semiconductores, acero-----estaban sucumbiendo ante la competencia japonesa. Los trofeos americanos  representados por  famosos activos que iban desde el Rockefeller Center, el famoso campo de golf Pebble Beach y muchos otros, estaban cayendo en manos de los japoneses. El “monstruoso” déficit de la balanza comercial a favor de Japón no sucumbía ni con la agresiva apreciación del Yen. Muchos pensaron que definitivamente los EU estaban perdiendo la batalla económica ante Japón.

A la cabeza del coro apocalíptico estaba un grupo de comentadores que el reportero Bob Neff bautizó como “los revisionistas.” Cuatro eminentes figuras destacaban del grupo: el científico político Chalmers Johnson cuyo libro de 1982 El MITI y el milagro Japonés, estableció las bases intelectuales para otros escritores; el ex-negociador de comercio internacional de la administración de Reagan Clyde Prestowitz, quien también publicó el libro; Cambiando de lugar: Como le estamos entregando nuestro futuro a los japoneses, y después fundó el Economic Strategy Institute para avanzar las ideas de los revisionistas; un reportero del US News and World Report James Fallows; y el periodista holandés Karel von Wolferen autor del libro El Enigma del Poder Japonés. Estos hombres influenciaron a muchos otros----incluido el escritor Michael Crichton cuya novela del tema Rising Sun, se convirtió en un best seller. 

Los revisionistas afirmaban con gran asertividad, que en contraste con el capitalismo de mercado abierto practicado en los EU, Japón practicaba una forma de capitalismo dirigido por el Estado. Bajo ese modelo, las fuertes relaciones establecidas entre empresarios, banqueros, altos ejecutivos y los políticos eran las responsables de moldear los resultados de la economía ya previstos y presupuestados. Estratégicamente invirtiendo el capital a través de un sistema bancario super controlado, argumentaban, Japón ahuyentará a los competidores extranjeros de los mercados, de esa forma logrará el dominio de la economía mundial.

Los revisionistas siempre mantuvieron también que, porque Japón nunca jugó de acuerdo a las reglas normales y tradicionales del capitalismo occidental, era inútil el utilizar las reglas básicas de negociaciones comerciales comunes para de esa forma lograr la apertura de sus mercados. Ellos siempre argumentaron había que negociar tratados de comercio internacional “administrados,” a base de “resultados controlables” como la única forma realista de reducir el desbalance entre Japón y los EU. Mas allá de eso, ellos siempre propusieron elementos de la política industrial estilo japonés como los medios mas adecuados para mejorar el comportamiento de la economía americana.

LA ECONOMIA JAPONESA EN GRAVES PROBLEMAS

En su libro, Trading Places, Clayde Prestowitz escribió:

“El poder atrás del establecimiento japonés es mucho mas grande de lo que los americanos sospechan, y el mismo establecimiento no puede detener esa avalancha, porque Japón ha fabricado una maquina automática para crear riqueza, tal vez la primera desde la época del Rey Midas”.

Prestowitz se refería al asenso milagroso y en contra de las leyes de gravedad del valor de los mercados financieros e inmobiliarios japoneses en los años 80s. Ese fenómeno es ahora conocido como “la economía burbuja,” y su colapso ha dejado a Japón económicamente herido de muerte. La magnitud de la caída es impresionante: El mercado bursátil de Tokio ha perdido el 60% de su valor desde que llegó a su récord en 1989, y los valores de los bienes raíces ha caído hasta un 80%. Esa depresión de precios ha dejado a los bancos japoneses con unos niveles de deuda mortales. El año pasado las autoridades japonesas estimaron el problema de prestamos “desahuciados” en $570 mil millones de dólares, casi el 20% del PIB. Los expertos piensan que esa cantidad puede ser un 40% más alta.

El efecto de la crisis crediticia ha sido el de paralizar el sector financiero japonés, y con el, la economía del país. El gobierno japonés gastó $556 mil millones de dólares  en obras públicas durante 1992-1995 tratando de estimular su economía, los intereses han caído a niveles récord, pero aun así la economía permanece anémica. De 1992 a 1995 el crecimiento económico promedio de Japón fue de 1% comparado con más de un 3% en los EU, y poco menos de 3% para el resto del mundo. La economía de Japón de hecho en 1997 decreció casi el 1%, y con dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, Japón oficialmente está en medio de una grave recesión, la primera desde 1975.

Otras estadísticas nos muestran un panorama igual de triste. Las quiebras de negocios aumentaron casi un 40% en Mayo de1998 en relación al año anterior, las quiebras personales este año deben de exceder las 100,000 comparado con 70,000 el año pasado ya de por si muy altas. En Junio de este año el Yen cayó a su nivel mas bajo en relación al dólar en los últimos casi diez, forzando a las autoridades a intervenir en el mercado cambiario. 

El desempleo ---históricamente bajo en Japón----ha alcanzado su nivel más alto en décadas. Llegó a un 4.1% en Junio de este año, de acuerdo a la información proporcionada por el gobierno. Los economistas mas prestigiados afirman que tal situación puede empeorar. Otros expertos afirman que el porcentaje de desempleo medido estilo occidental pudiera llegar a cerca de un 10%.

Japón también está sufriendo serios problemas fiscales. El déficit de su presupuesto este año debe llegar a un masivo 7% de su PIB, al tiempo que la deuda publica ha aumentado a un100% de su PIB. En el largo plazo el problema fiscal es aun peor por las tendencias demográficas. Morgan Stanley estima que razón financiera de dependencia----el numero de pensionados sostenidos por trabajadores---- llegará a un 56% para el año 2010, el porcentaje mas alto entre las naciones industrializadas. Sin un serio plan de reestructuración el plan de pensiones Japón puede sufrir un colapso muy grave. Akio Mikuni un prestigiado financiero en el país, afirma que el sistema japonés debe de explotar en el corto plazo, y el también afirma que por lo menos el 10% de las compañías cotizadas en bolsa, unas 300, incluyendo unos 15 bancos----van a declararse  en quiebra o serán comprados en medio de sus problemas como buenas gangas.

AHI VIENE EL LOBO

Los problemas económicos actuales de Japón contrastan seriamente con la visión de los revisionistas articulada en los 80s y la primera parte de los 90s. Esa visión fue popularizada por la gran cantidad de lectores de M. Crichton que se volcaron a devorar su best seller Rising Sun en donde el escribió:

 “Tarde o temprano, los EU tendrá que aceptar que Japón se ha convertido en el líder del mundo industrial. Los japoneses tienen la expectativa de vida más alta del mundo. Tienen el desempleo mas bajo, la educación mas sofisticada, el más pequeño desbalance entre sus clases sociales. Los productos industriales japoneses son los de mas alta calidad”……..

Afirmaban también: “Pero ellos no han tenido este indescriptible éxito haciendo las cosas como nosotros. Japón no es Estado Industrial al estilo occidental. Los japoneses inventaron una nueva forma de comercio internacional-----comercio de enfrentamiento, comercio de guerra, comercio para destruir a la competencia, comercio kamikasi-----y los EU no lo han entendido después de tantos años. Los EU siguen insistiendo para que Japón haga las cosas a nuestra manera. Los japoneses responden, ¿porque cambiar? Nos ha ido mucho mejor que a ustedes. Eso nadie lo puede refutar.”

PACIENCIA. VIRTUD O VICIO

Los revisionistas siempre pensaron que el gran secreto del éxito del sistema japonés era su visión a largo plazo. El sistema financiero japonés invertía capital no para lograr impresionantes rendimientos en el corto plazo, sino para ganar penetración en los mercados estratégicos, de esa forma supuestamente maximizar sus rendimientos en el largo plazo.

Japón logró esa orientación tan diferente poniendo a disposición de los empresarios un capital muy paciente. Los Bancos en lugar de los mercados de capitales fueron los que proveyeron los fondos. Esa situación todavía persiste; los préstamos bancarios en estos momentos representan el 150% de su PIB, mientras que el mercado de bonos representa solo el 70%. En los EU la situación es totalmente al contrario; el mercado de bonos representa el 110% del PIB, mientras que los préstamos bancarios son solo el 50%. El dominio de los bancos en Japón permitió que el capital se invirtiera de acuerdo a las políticas gubernamentales o de acuerdo a las relaciones personales en lugar que de acuerdo a los dictados del mercado.   

Otra característica clásica del sistema japonés era el cruce de acciones. Como las empresas y los bancos eran dueños entre si (unos dueños de otros), las empresas japonesas no eran molestadas y presionadas por accionistas impacientes por resultados. En 1991 por ejemplo, el 70% de las acciones listadas en la Bolsa de Tokio eran propiedad de corporaciones y muy rara vez se intercambiaban. 

Así el acceso a capital paciente le quitaba la presión a los ejecutivos de las empresas de lograr rendimientos a corto plazo, de esa forma liberándolos para concentrarce en penetrar los mercados. Y para los revisionistas, la penetración del mercado en la guerra económica es como los territorios conquistados en la guerra convencional; el que los controla, gana la guerra. Así también los revisionistas pensaban la importancia de la penetración del mercado sobre las utilidades, era la estrategia adecuada para ganar la guerra comercial.

Chalmer Johnson lo articuló de esta manera: “Japón es dinámico porque sus ejecutivos se dedican a competir con otras empresas, sin tener que servir los parásitos intereses de los accionistas o los pasivos intereses de los trabajadores que no tienen voz ni voto en los destinos de las corporaciones.” 

El sistema de los EU  con un gran énfasis en el mercado de capitales no en la banca comercial, y con la amenaza constante de los asaltos al control patrimonial de las empresas por el sofisticado mercado para ese control corporativo, estaba supuestamente negativamente afectado por la famosa visión a corto plazo. Por lo mismo, los revisionistas pensaban que la empresa americana definitivamente no podía competir con la japonesa; Ellos siempre afirmaron que el capital en los EU era muy caro, y sobretodo muy impaciente.

Ante los graves problemas que Japón enfrenta en estos momentos, y los tumores financieros que ya lo afectan por casi una década, los defectos del capital paciente se han hecho muy obvios. El problema con la orientación a largo plazo es que se convierte en una escusa para justificar la falta de producción de utilidades. La excusa para los malos resultados puede siempre ser; estamos  construyendo el futuro, pero en estos momentos, ya no hay justificación puesto que el futuro se les escurre entre las manos.

El gran problema en Japón ahora es que aun con la estrepitosa caída de los valores de las acciones, los dividendos decretados por las empresas permanecen abajo del 1%. El rendimiento del capital de los negocios en Japón ha caído por abajo del de la Unión Europea y es ahora menos de la mitad del de los EU. Japón es ahora el más ineficiente usuario de capital en el mundo desarrollado, y eso ante un mundo ahora regido por los mercados, es una grave enfermedad.

Los revisionistas siempre afirmaron que Japón con 7 de los 10 bancos más grandes del mundo, el mercado de valores más grande del mundo, y las casas de bolsa más ricas del globo, se convertiría en el centro financiero del planeta. Pero  recientemente el Financial Times en un interesante articulo describió una realidad muy diferente: “Mientras que Londres y Nueva York han reafirmado su calidad de los centros financieros mundiales, el volumen de operaciones del mercado de valores de Tokio ha caído a la mitad de lo que era en 1989.” Durante el periodo de 1992-1995 su volumen de operaciones de compra-venta de monedas, disminuyó substancialmente.”     

ESCOGIENDO LOS GANADORES

Además del paciente capital, los revisionistas identificaron como uno de los grandes secretos del éxito de Japón la promoción de algunas industrias “estratégicas” con el objetivo de ampliar su competitividad internacional. Ellos siempre alabaron las acciones del Ministerio de Industria y Comercio Internacional, o, MITI, y sus políticas industriales de subsidios, proteccionismo, y “guías administrativas.”

Los revisionistas siempre argumentaron que los EU debería de adoptar algunos aspectos de la política industrial de Japón. Ellos promovían una activa participación de Washington en industrias claves y empresas cuya salud ellos consideraban vital para el desarrollo de la economía. En particular promovían que los EU estableciera una “agencia piloto” similar al MITI, y de esa forma “guiar” el desarrollo industrial del país haciendo caso omiso de los mercados.

Afortunadamente los EU en gran parte ignoraron los consejos de los revisionistas y han hecho muy poco para definir y promover industrias estratégicas a no ser por débiles y aislados esfuerzos como el proyecto del Departamento de Comercio; Advance Techology Program, que ha sido un verdadero fracaso. La administración Clinton llegó al poder con todas las intenciones de promover algunas de esa ideas, pero el congreso republicano se opuso vigorosamente y tuvo que dar reversa.

Ante este panorama, la economía americana en esta década ha tenido un desarrollo envidiable, las compañías americanas dominan hoy día los mercados de industrias tan importantes como la de microprocesadores, computadoras personales, discos duros, los programas computacionales. En particular las compañías americanas dominan el internet-----un campo estratégico que los revisionistas y otros idiologos con ideas similares nunca visualizaron. 

EL COMERCIO INTERNACIONAL ADMINISTRADO

Confrontando lo que ellos pensaron era una nueva forma superior de capitalismo, los revisionistas pensaron que las viejas reglas de comercio internacional ya no eran aplicables. Mientras que el libre comercio siempre fue en beneficio mutuo entre las economías occidentales, para Japón no lo era.

Los revisionistas específicamente abogaban por abandonar las reglas básicas de comercio internacional para establecer  un “comercio administrado,” un comercio con “resultados negociados.”

Afortunadamente como con la política industrial, los EU solo coquetearon con los revisionistas en aspectos de cambio de las estrategias de comercio internacional. En su momento se establecieron algunas restricciones en la importación de algunos productos japoneses----los llamados acuerdos voluntarios de control en automóviles, acero, y herramientas. En el caso de semiconductores, se negoció una ”expansión voluntaria de las exportaciones” en acuerdos en los cuales Japón aceptó compartir ese mercado.

La administración Clinton buscó la estrategia de “a base de resultados” de una manera más amplia y agresiva en 1993, pero el gobierno japonés se rehusó a seguir compartiendo los mercados. En un enfrentamiento decisivo en 1995 sobre comercio de automóviles, EU decidió retractarse y no imponer las sanciones con las que había amenazado a Japón. Desde entonces, las demandas de los EU por mas participación en los mercados, han prácticamente desaparecido.  

EL TERCER CAMINO. EL CAMINO SIN DESTINO

Los admiradores del sistema japonés pensaron que habían encontrado una forma superior de capitalismo; el llamado capitalismo de desarrollo estatal. Ellos afirmaban, el capitalismo de desarrollo estatal representa un tercer camino a través del cual el gobierno establece objetivos “sociales,” pero utiliza los mecanismos del mercado para lograrlos. La propiedad privada y el libre intercambio existen, pero la planeación gubernamental y la manipulación son también esenciales. James Fallows afirmaba:

 “El estilo asiático desconfía profundamente de los mercados. Ve la competencia como para mantener a las empresas nerviosas pero, no como el camino para resolver ninguna interrogante de la vida----como la sociedad se manifieste, es en la dirección que la economía se debe desarrollar.”

Específicamente, los esfuerzos del gobierno para promover desarrollo económico a través de la intervención en los mercados, eran siempre enfocados para ayudar a empresas identificadas por ellos a minimizar las posibilidades de fracaso en sus actividades.  Esa intervención incluía subsidios directos, protección contra importaciones,  y la dirección del capital privado hacia esas actividades.

Que era lo que realmente había sucedido en Japón.? Era un hecho que las compañías japonesas habían desarrollado nuevas y superiores técnicas de manufactura, así como sistemas de inventario muy eficientes. Armadas con esas nuevas técnicas, las compañías japonesas definitivamente se ubicaron como un reto competitivo muy importante en determinadas industrias, sin embargo, no en los mercados internacionales.

En segundo lugar, Japón como país estaba experimentando un gran crecimiento y un rápido avance porque estaba modernizándose al estilo occidental. Es mucho más fácil el crecer y rápidamente mejorar productividad y eficiencia cuando se está aplicando técnicas inventadas en otras partes en lugar de estar desarrollando las suyas propias. Además Japón se estaba desarrollando en un ambiente estructurado por los EU después de la guerra, un ambiente propicio para los negocios, de impuestos bajos y muy poca intervención y gasto estatal. El rápido asenso de Japón se debió a eso, no a las políticas del MITI de intervención y manipulación de los mercados.

Japón podía haber evitado esta crisis si solo hubiera seguido manejándose con las políticas que promovieron su gran desarrollo en los 60s, específicamente las políticas fiscales. En los 60s Japón tenía uno de los sistemas impositivos más bajos del mundo desarrollado. Sin embargo, desde 1965 la carga fiscal ha crecido hasta convertirse en el 30% del PIB en comparación con un 18%. A medida que los impuestos aumentaron, disminuyó su crecimiento económico hasta caer a un 1% el año pasado, en comparación de casi el 10% a principios de los 70s. El impuesto sobre la renta en Japón es un ridículo 50%, comparado con un Hong Kong en donde es de 15%, y los EU un 36%. Las empresas japonesas pagan hasta un casi 80% de sus ingresos en diferentes tipos de impuestos nacionales y locales, pues hay que recordar que este “capitalismo estatal,” después se los regresa en subsidios, precios de garantía, prestamos blandos etc, o como las mafias de los años 20s en los EU, protegiéndolos de la competencia.

Finalmente el origen de los problemas que azotan a Japón en estos momentos, se debe a la falta de visión de sus líderes para llevar a cabo la transición de un capitalismo de desarrollo estatal, hacia una economía madura en la frontera tecnológica. En lugar de llevar a cabo esa transición, Japón primero fingió prosperidad inflando la burbuja de su economía el los 80s; después cuando la burbuja se reventó, se han rehusado a introducir la responsabilidad que exigen los mercados en su sistema. Japón para revivir necesita establecer un sistema a través del cual el capital sea invertido, no de acuerdo a las relaciones establecidas o las políticas gubernamentales, sino en respuesta a las claras señales del mercado. Japón necesita abandonar el estilo de Japón SA.  

A pesar de todas las señales tan claras de los graves problemas de Japón, los revisionistas siguen necios en sus afirmaciones y ahora dicen: “La economía japonesa es como un joven ciclista pedaleando cuesta arriba, muestra el cansancio y el esfuerzo en su cara, pero es un cansancio saludable.” Solo un año antes habían afirmado que para el año 2000 la economía japonesa sobrepasaría a la americana par llegar a ser la más grande del mundo. Ahora con la economía americana todavía casi el doble de la japonesa y creciendo a un ritmo increíble, las posibilidades para ellos no lucen promisorias.

Con todas las economías asiáticas en agonía, es tiempo de una profunda reflexión: Los revisionistas afirmaban haber descubierto una nueva forma de capitalismo superior, el capitalismo japonés de desarrollo estatal. Hoy día sin embargo, es sistema es conocido como capitalismo oligárquico, y su fracaso manifiesto está provocando pena y dolor en toda la cuenca del Pacifico.

Los revisionistas SE EQUIVOCARON. Pero todos sus errores se desprenden de una sola cosa; su inhabilidad para entender y apreciar el poder de los mercados libres. Ellos han sufrido lo que el famoso economista F.A. Hayek llamó EL CAPRICHO FATAL, ellos creyeron que un puñado de burócratas podían tomar mejores decisiones que millones de consumidores privados-----podían escoger industrias estratégicas, invertir capital desafiando las señales de los mercados, de esa forma inflar permanentemente los mercados financieros e inmobiliarios, moldear una economía que convertiría a Japón en el país mas rico y poderoso de la tierra, pero no se puede desafiar a los mercados.  Las economías se pueden manosear y manipular durante un tiempo limitado, se puede inclusive lograr ciertos resultados, pero tarde o temprano la burbuja se revienta, en ese momento los mercados pasan la factura y hay que pagarla, por mas dolorosa que esta sea.

No se puede desafiar a los mercados como no se puede desafiar la ley de gravedad, le fuerza de la naturaleza, el que los desafíe, tarde o temprano tiene que pagar un alto precio,  México nunca ha dejado de pagarlo, Japón lo está pagando. THERE IS NO FREE LUNCH.    


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