Saturday, October 22, 2016

El nuevo mundo de narconomics (II)




“Corrupción política es la privatización del Estado cuando su poder no es delegado al mercado, sino a políticos y sus bandas.”

RICARDO VALENZUELA
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El mercado de substancias mutuantes de la conciencia humana ha existido desde que el hombre apareció sobre la faz de la tierra. Jesucristo celebraba la última cena con una copa de vino en la mano. Genios históricos como Sigmund Freud y Ayn Rand produjeron sus mejores obras bajo el influjo de cocaína y anfetaminas.
Sin embargo, una moderna comercialización elevaría el alcohol a niveles de una redituable industria que, sazonada con la prohibición en EU, fabricara fortunas incalculables. Le daba vida también a las sangrientas mafias que se disputaban territorios. La historia se repetía con la marihuana en los años 60 y, cortesía de Pablo Escobar, en los años 70 y 80 para cubrir el mundo de cocaína.

De inmediato iniciaban la incursión a ese nuevo paradigma otras variantes de la oferta: Líderes de tribus en regiones como Pakistán, Afganistán, Cambodia, etc., monopolistas de cultivos inicio de un proceso que culmina fabricando productos como el opio y la heroína, igualmente redituables.

Pero esta segunda avenida era acompañada por inédito; caudales de ganancias instantáneas e incalculables. En los años 90 se estimaba que el mercado mundial de las drogas era de 500,000 millones de dólares. EU consume 200 toneladas de cocaína al año. El costo del kilo en Colombia es de $2,000 dólares y se vende en los EU a $30,000, en Europa el precio es aún más alto.

En esos momentos se gestaba un diabólico potaje resultado de mezclar tres elementos: La moderna industria de las drogas, la nueva política orientada a “los mercados” y, como consecuencia, una nueva economía que seducía más aún que los productos que la edificaban: NARCONOMICS.

¿Presidente o presidentes de Consejo?

Roger Morris en su libro, “Socios en el Poder”, detalla un sórdido pasado de Bill Clinton que haría lucir a Samper, el presidente de Colombia financiado por el narco en los años 90, como acólito de iglesia pueblerina.

Morris relata la forma en que Clinton fue reclutado por la CIA desde su época de estudiante asignándole pequeñas tareas. Lo mantendría en sus activos hasta convertirlo en gobernador de Arkansas, en donde la agencia establecía su centro de tráfico de armas y drogas en el pueblo de Mena. Clinton era electo gobernador en 1984 y, en palabras de un ex procurador, Arkansas se convertía en el centro de operaciones de la mafia.

Por esos días Oliver North, desde la Agencia Nacional de Seguridad, manejaba una sociedad mezclando la CIA, Irán, narcos colombianos y Manuel Noriega, para financiar las guerrillas anticomunistas de El Salvador. Aprovechando tan atractiva oportunidad, debutaban en este mercado personalidades como Fidel Castro, Daniel Ortega y, más recientemente, Hugo Chávez.

Emmet Tyrell en su libro, “Boy Clinton”, describe a un político corrupto involucrado con traficantes de drogas y otros crímenes. Uno de sus guardaespaldas, LD Brown, tuvo largas testificaciones reconfirmando los alegatos de Tyrell. Brown, inclusive, testificó cómo en Julio de 1986 fue enviado a Puerto Vallarta ataviado con un rifle automático belga y utilizando el alias, Michael Johnson, con el objetivo de asesinar a Terry Reed. Reed evadió el atentado y tuvo después la oportunidad de dar a conocer sus historias.

En 1994 Reed publicaba su libro: “Compromiso: Clinton, Bush y la CIA”. En su obra expone una tesis afirmando la CIA había establecido una presidencia paralela y sus nebulosas operaciones mundiales, como tumores cancerosos se incrustaban en todos los órganos de gobierno. Reed afirma que ambos, Clinton y Bush I, estaban profundamente comprometidos en actividades ilegales.

El narcotráfico explotaba y Colombia era ya el centro mundial de la nueva industria. Sin embargo, ante solicitud de nuevos participantes en el mercado, Pablo Escobar ingresando 500 millones de dólares semanales a sus cofres enloquecía y, en el zenit de su demencia, declara guerra al estado colombiano y a sus socios mayoritarios. Ante la impotencia para regresarlo a la cordura y Colombia acosada por su narco terrorismo, en 1993 simplemente es eliminado como se hace con un incontrolable tumor.

En esos momentos se abre la gran oportunidad para los actores mexicanos. De simples transportistas asumen control de la producción, transporte y cruce a los EU. De inmediato se les abren otras avenidas: Tráfico de armas que luego se complementa con el de seres humanos enviando sus ganancias a la estratósfera. Fallecía la era de Caro Quintero con su marihuana y románticos raptos de doncellas, dando paso a los modernos bárbaros que se atrincheraban al frente de ejércitos privados.

Era la administración de Salinas y, quien fuera el controlador de la tribu dándole un tinte empresarial, Miguel Félix Gallardo, es despojado de su concesión provocando el inicio de feroces enfrentamientos entre bandas emergentes de la otrora monopolio, el cártel de Guadalajara. Así como en Wall Street en épocas de ajustes corporativos surgen fusiones y adquisiciones, en esta lucrativa actividad surgían matones y aniquilaciones.

Corrupción política es la privatización del Estado cuando su poder no es delegado al mercado, sino a políticos y sus bandas. Las privatizaciones de Salinas transferían el poder, activos y “concesiones,” a políticos y un novedoso grupo de empresarios. Empresarios que con uno de sus principios filosóficos dictaban el ejemplo para las bandas: “entre menos burros más olotes.” El libre comercio no era aplicable a esta actividad.

En diciembre de 1994, Zedillo acepta devaluar el peso iniciando una de nuestras peores crisis económicas. La factura del evento sobrepasa los 500,000 millones de dólares, se heredaba el FOBAPROA, la quiebra de la banca y, ante la masiva fuga de capitales producto del pánico surgido aquel trágico año, por el patio trasero se daba la bienvenida a los miles de millones de dólares producto del novedoso juego al cual México se entregaba: NARCONOMICS.

Los narco dólares, sustituyendo euros, dólares y eurodólares, invadían todos los rincones de la economía mexicana y, como afirma un prestigiado periodista, grupos empresariales de todo calibre, siguiendo a los políticos decidían compartir la cama con los nuevos centuriones del capital en algo que luego les costaría más que simples porcentajes.

Los ingresos de los nuevos propietarios se multiplican al infinito coincidiendo con un inesperado evento; el PRI es expulsado de los corredores del poder y, con ello, las veredas caducaban quedando intransitables. Los panistas se encontraban al frente de tremenda maquinaria con una sola pregunta ¿Cómo funciona esta chingadera?

Se inicia luego el combate frontal contra los cárteles pero, con cada ráfaga de metralleta el precio del producto se dispara y sus ganancias se multiplican. Los herederos de Pablo Escobar, ya sin su respetable fundador, con entradas de 50,000 millones de dólares al año, deciden declarar guerra contra lo que luzca amenaza a sus cárteles. Y ésta es una guerra que apenas se inicia.

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