Sunday, October 23, 2016

El optimismo paga IV




“México requiere un estadista en lugar de un “politiquillo.” Un estadista que entienda su labor debe ser proteger vida, libertad, propiedad, no embarcándose en inútiles luchas partidarias. Un hombre que, logrando consensos, ofrezca un terreno fértil para que los mexicanos puedan desarrollar su ingenio, trabajo y capacidades en un ambiente de libertad, de paz y de justicia. ”

RICARDO VALENZUELA
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"La mentira pude sostenerse sólo mientras el Estado mantenga al pueblo ajeno a las consecuencias económicas y políticas de ese engaño. Por ello es de vital importancia que el Estado use todos sus poderes para mantener el engaño, pues la verdad es el enemigo mortal de la mentira y, como consecuencia, la verdad se convierte en el gran enemigo del Estado."
--Joseph M. Goebbels

Hace meses publicamos la columna “Ventana hacia el futuro” en la que, recordando al legendario Bob Bartley y su “El Optimismo Paga”, mostrábamos una bella fotografía del país a tres años de distancia en una nueva administración iniciando el año 2012. Recibí cantidad de respuestas a mi atrevimiento, pero lo preocupante es que muchas fueron para tacharme de iluso y hasta pendejo. Aun consciente de que mis afirmaciones estaban sustentadas por investigaciones profesionales, esto me hizo reflexionar y abocarme a fundamentarlas con incuestionable respaldo. 


 
Invité a dos economistas de prestigio mundial—Vernon Smith y Gordon Tullock— ex profesores de la Universidad de Arizona ahora domiciliados en George Mason—a discutir mi escrito en una conferencia telefónica. El Dr. Tullock, ex socio del laureado James Buchanan, además de economista es abogado y especialista en problemas políticos internacionales. En 1998 Vernon Smith fue laureado con el Nobel de economía y durante años encabezó un interesante laboratorio económico en la Universidad de Arizona.
Iniciamos analizando mi proyección de una inflación prácticamente de cero para el año 2015. Informé el haber hecho mi proyección considerando que México pudiera establecer un consejo monetario similar al de Hong Kong. Ambos estuvieron de acuerdo en la posibilidad muy real de lograr esos niveles en el plazo de tres años. Estuvieron también de acuerdo en que con un Consejo Monetario se pude manejar un peso con una paridad fija. ¿Qué les parecería un peso respaldado con plata? Pregunto. “Interesante, habría que analizarlo” me responden.
Continuamos debatiendo mi proyección de crecimiento económico de un 10% anual constante. Ellos consideran que abatiendo la inflación, manteniendo una moneda estable, abriendo las puertas a la inversión extranjera y protegiéndola, continuando una agresiva desregulación de la economía y, sobre todo, ofreciendo una verdadera seguridad física y legal para gentes y empresas, no debe de ser problema lograr crecimientos económicos de ese nivel. De hecho ya se habían experimentado en el México de los años 60. Sin embargo, aseguran, para ello es imperativo el dar punto final a todos los monopolios públicos y privados que estrangulan al país.
Pasamos a comentar la vieja idea de Mike Milken para establecer un mercado de capitales en México, vía el manejo de bonos de alto rendimiento especialmente confeccionados para nuestro país. Ambos coincidieron  con las aseveraciones de Milken siempre y cuando contemos con una moneda estable, se respeten los derechos de propiedad y, sobre todo, el esquema se cubra con un manto bajo el sistema de British Common Law. Ese acceso de la empresa mediana y chica a los capitales internacionales, provocaría una explosión económica y gran creación de empleo, pues es la empresa mediana y pequeña los que los están creando.
Discutimos luego mi idea de llevar al congreso la iniciativa para derogar todos los impuestos y substituirlos con uno solo de un 20 %, el famoso flat tax. Les informé haberme asesorado con el maestro Art Laffer—miembro del consejo de asesores económicos del presidente Reagan—para atreverme a proponer semejante locura. Ambos, después de debatir el tema, estuvieron también de acuerdo sería una forma muy interesante de incentivar la economía mexicana sin afectar la captación tributaria del Estado. Por el contrario, siguiendo las teorías del maestro Laffer, el Estado puede aumentar su captación participando de un todo mucho mayor a través de un crecimiento que puede aun ser superior al 10%. Citaron el ejemplo de Hong Kong—la economía más libre del mundo—en donde portan un solo impuesto de un 19%.
Aun cuando ambos intelectuales expresaron “ciertas preocupaciones”, piensan que controlando la inflación, con un peso estable, con una economía creciendo y el capital internacional fluyendo; no debe haber problemas anormales para lograr el que los intereses lleguen a niveles un poco superiores a nuestra inflación. Es decir, consideran que en tres años, alcanzando los demás objetivos, se pueden lograr niveles de intereses de un 3 a 4% para abrir la posibilidad de los consumidores a la compra de casas, automóviles y otros bienes de consumo inmediato y duradero.
Ante ese panorama, con los acuerdos de libre comercio con los EU, Europa y Japón, tampoco debe de haber problema para que México llegue a un nivel de exportaciones de 500,000 millones de dólares al año, aunque ellos piensan que debe ser un objetivo de sexenio más que a tres años. Hay que recordar, afirmó el Dr. Smith, que en 1988 las exportaciones mexicanas a los EU eran menos de 10,000 millones de dólares. Así mismo, con ese nivel de exportaciones, con el peso estable, sin inflación, con más incentivos y protecciones a la inversión extranjera, no debe de haber problema para lograr reservas internacionales de 150,000 millones de dólares. ¿Cómo usarlas? Es otro tema.
Ellos piensan afirma que situaciones preocupantes como el narcotráfico, una posible “guerrilla chavista” etc, son problemas políticos no sociales. Son organizaciones manipuladas y controladas por grupos políticos que buscan el poder por esos medios. La solución rápida, eficaz y justa, es simplemente la aplicación de la ley y ¿Por qué no? Legalización de las drogas.
Al final ambos coincidieron en que lo discutido, desde un punto de vista real con valor y determinación, se puede lograr.
Pero también piensan que el próximo presidente debe de portar poderosas herramientas para actuar. México requiere un estadista en lugar de un “politiquillo.” Un estadista que entienda su labor debe ser proteger vida, libertad, propiedad, no embarcándose en inútiles luchas partidarias. Un hombre que, logrando consensos, ofrezca un terreno fértil para que los mexicanos puedan desarrollar su ingenio, trabajo y capacidades en un ambiente de libertad, de paz y de justicia. ¿Que Falta? Bueno, muchos de mis amigos piensan que México requiere de instituciones más que un Presidente.
Sin embargo, yo aseguro lo que México requiere: Primero, que los mexicanos crean que se pude lograr. Segundo, con ese Churchill mexicano en Los Pinos, no dejarlo solo. Sabemos que los revolucionarios cuidaron que la sociedad civil en nuestro país no floreciera. Se necesita fortalecer esa sociedad civil, apoyar al estadista en contra del sabotaje que ha sido la firma política de los últimos años. Pero si los mexicanos piensan que todo esto es un sueño, seguirán soñando en un mundo mejor pero “considerándolo” inalcanzable y como afirmara Emerson: “Si crees que puedes, o si crees que no puedes…en ambas suposiciones estás bien.”

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