Wednesday, October 19, 2016

La burbuja se sigue inflando



“¿Querían democracia? Pues ahí la tienen.”
RICARDO VALENZUELA

Hace ya algunos años recibí una invitación a un programa televisivo en el cual el tema a debatir, era la indignación nacional que emergía en México provocada por la invasión de nuestro territorio de parte de dos inspectores gringos apostados en algún aeropuerto ante las amenazas terroristas. Mi contraparte, un clásico profesor universitario progresista, tan comunes y populares en nuestro país, envuelto en el emblema patrio exponía la mancha imperdonable a nuestra soberanía que representaba tan malévolo acto.


Ante tal electrizante cuadro, iniciamos el clásico enfrentamiento entre un progresista profesor universitario mexicano, y un libertario de hueso Colorado, como muchos suelen calificarme. Habiendo llegado el encuentro a niveles ya muy agresivos y ante las teorías conspiratoriasesgrimidas por el profesor, lo interrumpo afirmando: “No es posible pensar que en una democracia como la de EU se den este tipo de situaciones.” El intelectual de inmediato me revira: “Los EU no son una democracia, Bush fue insertado en la presidencia de forma ilegal y antidemocrática.”

Sintiendo, en términos de beisbol, que me tiraban una recta al centro, tuve que detener el swing pues el programa se daba por terminado. Sin embargo, el profesor y yo continuamos el debate con las cámaras apagadas. Sintiendo me había conectado con un potente gancho, el educador sonriendo me repite, los EU están muy distantes de ser una democracia, a lo cual le reviro: “Efectivamente, los EU no son una democracia, son una república federal, el sistema político nacido de la mente de sus fundadores, especialmente James Madison cuando afirmara: “Las democracias son la forma más vil de gobierno. Siempre han sido espectáculos de turbulencia, son incompatibles con las seguridades personales y los derechos de propiedad, siempre tienen corta vida y han muerto violentamente.”

John Adams, el segundo presidente, la calificaba como la tiranía de las masas y Jefferson, el tercero, la definía afirmando: “Democracia es una elegante tiranía en la cual, el 51% de la gente se congrega para legalmente violar los derechos del 49% restante.” Era tal su desconfianza hacia lo que Marx años después definiera como el verdadero camino al socialismo, que en ninguno de los documentos que le dieran vida al país se mencionaba la palabra. La nación emergía como una República Federal y “Comercial, que utilizaría el sufragio como una de las muchas herramientas de su sistema político.

Yo pienso que si en estos momentos los padres de la patria estadounidense pudieran asomarse y observar su creación, comprobarían que aquello que tanto temían y sobre los cual previnieron a generaciones futuras, la democracia se ha convertido en la horrorosa realidad que tanto temían. La tiranía de las masas, en la persona de Barak Obamay aprovechando el legado de Bush, lleva a los EU hacia la Ruta de la Servidumbre que representa el socialismo del siglo XXI.

El autor moderno, James Davison, describe la democracia como gemela del comunismo. Por más ridícula que suene tal afirmación, Davison nos demuestra que tienen mucho más en común de lo que hayamos imaginado.

Camus se convirtió en el hombre más odiado de Francia al advertir de las celebraciones marxistas de su revolución. Alertaba en contra de ese místico proletariado tratando de acomodar al mundo en el marco sostenido sobre la “indivisible voluntad del pueblo.” Señalaba la confusión emergente entre libertad y ciudadanía emergiendo sobre aquellos “ilimitados derechos del hombre” proclamados por Robespierre. Sin embargo, los norteamericanos construían un sistema para evitar la concentración de poder y la opresión de las minorías: República Federal y Comercial. Ellos no prometían un mundo de igualdad forzada, sino un sistema de abundantes oportunidades para todos. Una esperanza política en la cual igualdad, era igualdad ante la ley.

Hace casi diez años, los mexicanos en orgasmo colectivo celebrábamos uno de los sagrados postulados revolucionarios. El sufragio efectivo arribaba para rescatarnos de nuestras graves penurias. Sin embargo, con el debut de esa magia, nos damos cuenta que no era tal y, por el contrario, en algunas de sus conductas se asimila a las sangrientas hordas que ejecutaran el Rey de Francia. Y si dirigimos la mirada hacia el sur, observamos lo que la mayoría de votos le ha servido a Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia, Nicaragua, El Salvador, Honduras.

En América Latina, oprimidos y frente a un concepto democrático manoseado por todos los demagogos, nos encontramos tan confundidos que entregamos el poder a hombres como Hugo Chávez, y ya no lo sueltan. Democracia debe ser solo parte de una maquinaria política en la cual, no confundamos sentimientos de piedad con solidaridad. Aquellos piadosos sin límite, desarrollan una sed de poder que fundamentan en la existencia del débil. Esos insensatos ataques de “lastima” invitan bajos sentimientos y bloquean cualquier posibilidad de libertad política. Es cuando la pobreza se convierte en industria y en la fuerza de los tiranos

El socialismo y la democracia tienen un objetivo común, hacer que el estado se allegue los mayores fondos para estructurar una fuerza que le permita perpetuarse. Pero en los “estados democráticos” el torrente de dinero siempre ha sido mucho mayor porque en tal concepto se acepta la propiedad privada y la productividad del capitalismo. Es decir, Obamasiempre tendrá más recursos disponibles que Hugo Chávez o el Zar de Rusia, Putin.

El sistema socialista fue fundado sobre la premisa que el estado sería dueño de todo. El estado “democrático”, en contraste, tuvo reclamos más limitados. Ha permitido la propiedad privada, pero en condiciones muy especiales, y de forma agresiva encadena los incentivos para la movilización de la riqueza. En lugar de mal administrar todo—como los estados socialistas—permiten a los individuos el acceso a la propiedad privada y a la acumulación de riqueza. Y solo después que la riqueza ha sido creada, aparece el estado para confiscarla a base de sus draconianos sistemas impositivos.

En la ruta de Obama hacia la servidumbre, orienta al país apuntando a un impuesto federal de 73%. Para quienes reciban dividendos la tajada se orienta a un 83%. Si alguien hereda a sus hijos, estos agraciados deben compartir con el estado hasta un 93%. Cuando se consideran todos los impuestos federales, estatales y locales, la tajada de Obamapuede llegar hasta un 70% de todo lo generado en el país. Pero por si sus cálculos fallan, la maquinita del FED le ha fabricado ya varios trillones de dólares para sus chicles. 333

¿Querían democracia? Pues ahí la tienen.

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