Sunday, October 23, 2016

Va de nuevo, ¿democracia o república?





“Si seguimos con la democracia, la tiranía de las masas nos llevará al verdadero Apocalipsis, que es ya la ruta que transita Venezuela.”

RICARDO VALENZUELA
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Los recientes sucesos políticos en Venezuela dibujan un panorama triste para el continente en este nuevo año ya en puerta. Hugo Chávez ya no apunta hacia la tiranía, se ha convertido en un caricaturesco dictador ante el silencio de todas las instancias internacionales y el resto de los países del mundo.
Ejecutando una burlesca pantomima el gorila rojo, Hugo I, ha sido ungido—por un apurado congreso— con poderes sobrenaturales para asumir el papel de ejecutivo, legislativo y judicial. Juez, jurado y ejecutor en una comedia que provoca recordar a legendarios personajes como Cantinflas, Napoleón, Hitler, Mussolini y Felipe El Hermoso, sin que el Rey que nos ocupa tenga nada de hermoso. 

 
Hace un par de meses tuve la oportunidad de ser entrevistado por esa admirada periodista venezolana, Martha Colmenares. Pero Martha no es sólo una periodista excepcional, es también una de las lideresas de un especial movimiento opositor en el cual militan una serie de mujeres valientes, inteligentes, patriotas, entre las cuales se cuenta con la posible retadora a la presidencia de Chávez: María Corina Machado.
La entrevista fue de lo más interesante puesto que, con la inteligencia y finura de Martha, las preguntas lanzadas perforaban lo más profundo de mi intelecto para, echando mano de las armas acumuladas en tantos años navegando en el océano de las ideas, responder de forma lógica a sus cuestionamientos.
Con un estilo Mantequilla Nápoles, Martha iniciaba la entrevista con fintas de calentamiento recorriendo temas que giraban alrededor de lo que al final sería la médula de este interesante encuentro. Logró primero me definiera abarcando los principales ángulos de mis antecedentes, formación, ideología, personalidad. Con gran habilidad pasaba Martha a exprimir mis ideas acerca de la situación de México ligando sus cuestionamientos con aspectos internacionales.
Finalmente llegábamos al plato fuerte; Venezuela. Estaban en puerta las elecciones en las que, supuestamente Chávez perdería control del Congreso ante la esperanza y algarabía de la mayoría de los venezolanos. Martha me hizo dos preguntas que fueron la columna de la entrevista ¿Por qué los venezolanos hemos llegado a esta situación con Chávez en el púlpito? ¿Qué piensas del futuro de Venezuela?
Respondí la segunda afirmando que Chávez jamás soltaría su presa no importaba si los votos lo favorecían o no. Y si para mantener su tiranía debiera utilizar la fuerza derramando sangre venezolana, no vacilaría. La primera se la respondí con el argumento que he venido esgrimiendo por tanto tiempo: La democracia se convierte en Plebecracia y es lo que ha sucedido en Venezuela. Los venezolanos, al igual que gran parte de nuestros países, olvidaron que son Repúblicas no Democracias y por ello se entregaron al mandato de la plebe.
Hace unos días entrevistado el embajador venezolano en EU con orgullo declaraba: “En Venezuela estamos construyendo un estado comunista pero por las vías democráticas.” Y aunque para muchos esto suene ridículo e imposible, a mí me suena lógico puesto que, lo hemos gritado mil veces; democracia y comunismo son gemelos ideológicos, políticos y tácticos.
¿Por qué?
La República es un gobierno representativo regido por la ley. Democracia es el gobierno colectivo regido por las masas. La República reconoce los derechos individuales e inalienables mientras que, la democracia sólo le preocupa las necesidades de las masas formando el clientismo, la burocracia profesional y la economía de la política.
En la República legislar es un cuidadoso proceso que requiere aprobación de las tres ramas del gobierno, la Suprema Corte y jurados individuales. En la democracia es un proceso de aprobación de parte de esa mayoría a través de encuestas, referéndums y manifestaciones. La democracia se autodestruye cuando las improductivas mayorías se dan cuenta de que tienen el poder para votar y recibir sus golosinas de parte de la minoría productiva, eligiendo candidatos que les prometan eso; el circulo vicioso de impuestos—gastos para el reparto de los dulces.
James Madison advertía en el congreso continental: “Las democracias siempre han sido espectáculos de turbulencia, han sido igual incompatibles con la seguridad personal y los derechos de propiedad; en general han tendido cortas vidas y han muerto violentamente.”
“La República es el gobierno que adquiere sus poderes directa o indirectamente de la gran masa de la sociedad civil, es administrado por personas en funciones por un periodo de tiempo limitado, y es calificado por su eficiencia. Es esencial que ese gobierno sea emanado de la sociedad civil y no de una pequeña clase favorecida, porque de otra forma un puñado de tiránicos nobles ejerciendo su opresión, vía delegación de poderes, puedan aspirar a la clasificación de república y exigir para ese gobierno el honorable título: República cuando está lejos de serlo.”
La democracia le sirvió Allende a Chile, un Chávez a Venezuela, los Kirchner a la Argentina y los macheteros de Atenco a México. En México la democracia nos ha servido un sistema educativo manejado una mafia depredadora, un Congreso de 500 demagogos—y Noroña—que mantienen el país secuestrado, también el desenlace Fellinesco del conflicto de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, y es muy posible que nos regrese a la dictadura perfecta.
Imaginemos un mundo con un gobierno democrático universal. ¿Cuál sería el resultado de una elección? Lo más probable es que un chino o hindú fuera el presidente en funciones y luego, a petición de las masas y para mantener su voto, se decretaría que el mundo occidental tiene demasiada riqueza y es necesario el llevar a cabo una redistribución organizando un ejido mundial.
Pero a medida que la tecnología avanza se precipita la desaparición de los políticos demagogos y profesionales. Una nueva alternativa de gobierno estará surgiendo; el gobierno empresarial, el de la meritocracia cuando el mercado poco a poco desplaza el estado. Surge ya un poder judicial privado a nivel mundial con extraordinarios resultados.
Estará naciendo una nueva soberanía comercial que finalmente, como lo afirma Hans Herman Poppe, desembocará en el separatismo de estados y países para formar entes autónomos y soberanos.
Entonces, ¿en México queremos democracia o un sistema republicano? ¿La dictadura de las masas y la demagogia, o la dictadura de la ley y resultados? ¿El centralismo de siempre, o estados autónomos?
El gran abogado italiano Bruno Leoni pregunta: ¿Podremos llevar a cabo comparaciones exitosas entre el mercado y formas no legislativas de ley? Porque si no lo hacemos, la tiranía de las masas nos llevará al verdadero Apocalipsis que es ya la ruta que transita Venezuela

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