Friday, December 16, 2016

EL LEGADO DE ERNESTO ZEDILLO



REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
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En Octubre de 1993 le hice una visita en sus oficinas de San Diego al maestro Art Laffer, el famoso padre del Supply—Side economics. Como sucede a finales de sexenio, de inmediato la platica se desarrolló alrededor de la sucesión presidencial. El maestro me pregunta: ¿Quien es el bueno?, sin vacilaciones le respondo; Pedro Aspe. ¿Pedro? Exclama Art con cierta sorpresa. “No lo creo” me dice. No hay duda” continua, “es el que mas le conviene a México en estos momentos, pero no creo que sea el que les conviene a los intereses del establishment que se han visto afectados por Salinas y que ya contraatacan”.


En seguida me muestra un documento en el que su despacho hacía una clasificación estilo las del boxeo--de los diferentes aspirantes a suceder a Salinas de Gortari. En primerisimo lugar estaba sin sorpresas Pedro Aspe, pero lo que llamó profundamente mi atención fue el que en segundo lugar el maestro colocaba a Ernesto Zedillo. En los siguientes lugares de la clasificación estaban bien posicionados Angel Gurria, Guillermo Ortiz etc, y muy al final de la lista Luis Donaldo Colosio y Manuel Camacho Solís, en esos lugares que la revista The Ring coloca a los boxeadores acabados.

Me dice el maestro, sé que no vas a preguntar el porqué Aspe está en el primer lugar, pues es el precandidato de tus simpatías. Afirma Art; “Pedro es sin duda el hombre que debe de continuar lo iniciado por Salinas, es un hombre incorruptible, brillante, y Supply---Sider.” Me sorprenden dos cosas de tu lista le afirmo: Primero, que tengan a Colosio y Camacho Solís tan mal clasificados. Segundo, que tengan a Zedillo tan bien calificado. Responde; “Zedillo es un hombre también brillante, muy honesto, valiente, un hombre de una gran visión, y sobre todo, él es liberal. Es un hombre que cree profundamente en los mercados, en la democracia, en la grandeza de México.” “Si alguien representa el liberalismo en tu país en estos momentos, es Zedillo.” Recibí el mensaje con gran escepticismo.

Después de una larga reunión me despedí de él haciendo el compromiso de platicar una vez mas cuando se corriera el velo del elegido. Escasamente al mes “las fuerzas democráticas del partido seleccionan a Luis Donaldo Colosio”. De inmediato llamo al maestro para recoger sus impresiones de tal acontecimiento. Me dice: “Mal augurio para México, Colosio no tiene intención de seguir con las reformas de Salinas.” De acuerdo le respondo, yo conozco a Colosio y pienso no tiene el corte liberal que México requiere en estos momentos.

Unos meses después Colosio cae asesinado en una barriada de Tijuana luego de semanas de amargos enfrentamientos entre los decepcionados por no haber sido los ungidos por el dedo del priismo, y la frustrada campaña de Luis Donaldo. Después de unos días de gran tensión, ahora la democracia priista se decide por Ernesto Zedillo. De inmediato contacto al maestro para recoger su reacción. Me dice sin rodeos: “Es muy triste que Zedillo haya llegado a su candidatura de esta forma. La muerte de Colosio es una tragedia, pero te aseguro que electo, Zedillo será un gran presidente.” A partir de esos momentos me convertí en el Zedillista mas comprometido de México.

Antes de despedirnos, me dice Art con gran seriedad: “Se ha declarado una guerra sucia en las mas altas esferas del poder mexicano. Los próximos meses serán definitivos para salvar o perder las reformas que se han iniciado. Salinas y Zedillo se tienen que armar hasta los dientes para defender lo avanzado, y sobre todo, se tienen que coordinar, si no lo hacen, los saboteadores los van a devorar, y regresan al país al estatismo de Echeverría, al socialismo de Calles.”

En los días posteriores el saboteo que había iniciado el 1 de Enero con la guerrilla de Chiapas, empieza a cobrar gran intensidad con la fuga de capitales que ya en esos momentos se acercaba a los $20,000 millones de dólares, una caída de la Bolsa de un 50%, y los papeles mexicanos en los mercados mundiales perdían el 70% de su valor. En el mes de Septiembre sucumbe ahora asesinado en las calles de la ciudad de México el Secretario General del PRI José Francisco Ruiz Massieu, lo que provoca abandonen el país otros 10,000 millones de dólares, y pone las reservas internacionales del Banco de México en una situación ya desesperada.

En ese entorno había sido elegido Ernesto Zedillo. A escasos días de su arribo al poder, se provoca una devaluación que inicia una de las peores crisis en la historia moderna de nuestro país. Muy consciente yo de que el saboteo de que había sido objeto había deteriorado gravemente la situación de México durante todo el año de 1994, también estaba seguro que la devaluación se podía haber evitado. Pero lo que mas me decepcionó, fue el manejo de la crisis que hizo Zedillo y su equipo durante los primeros meses de 1995. En esos momentos me convertí en el crítico mas acérrimo del nuevo presidente. 

Sin embargo, a partir del segundo año del gobierno Zedillista, empecé a notar algo singular; el presidente no se había ido por las soluciones baratas. Con valor y determinación afrontaba la ya muy grave crisis, pero con su bandera liberal en alto. No sucumbía ante los populistas que clamaban cambiar el rumbo. Independientemente de quien hubiera provocado la seria problemática, él la atacaba con recetas liberales--- ante las críticas de la mayoría de los “intelectuales” mexicanos y los otros partidos.

A tres meses de haber dejado el poder y ya sin apasionamientos, es hora de calificar al ex presidente. Hay dos cosas que sin duda harán que este hombre pase con la frente en alto a los libros de la historia: El manejo tan genial que hizo de la crisis económica que se le presentó al inicio de su administración, que lo convirtió en el mejor Secretario de Hacienda en mucho años. Pero tal vez la mas importante, el camino inequívoco que abrió a las fuerzas democráticas y al arribo de la oposición a la presidencia de la República. Zedillo con valor y determinación, sacó a los mercaderes del templo.

 Para lograr esto se requería a un hombre visionario, valiente, honesto, y patriota. Pero mas que otra cosa se requería a un hombre con ideas liberales arraigadas en el fondo de su corazón, creyendo en la grandeza de México. En esos momentos recordé que esa era precisamente la descripción que el maestro Laffer había hecho de Zedillo en Octubre de 1993.   

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