Saturday, December 17, 2016

Hood Robin en Washington




“Hillary Clinton ha establecido un claro record de engaños y fraude. Y sus engaños no están en la acera de asuntos triviales; son engaños de un material que produce daños irreparables.”
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No hay duda que la relación de México con EU, después de la visita de Trump, ha llegado a un punto que se antoja difícil de reparar. Denise Dresser asegura que la visita del güero, entre otras tragedias, convierte a Hillary en peligroso enemigo de Peña Nieto. Estoy totalmente de acuerdo porque esa dama es real y mortalmente peligrosa.
¿Quién es Hillary Clinton?
Recientemente discutía con amigos el tema de moda, EU y México. Les extrañó mi posición al afirmarles que, si solo hubiera dos candidatos, Clinton y Trump, sin pensarlo mi voto sería para Trump, pues prefiero entregarlo a un lunático que a una gánster como Hillary. Ante su sorpresa, me di cuenta de algo muy importante: En México no hay información precisa de lo que realmente sucede en EU. 


 
Existen toneladas de expedientes narrando las actividades criminales de Hillary Clinton, al mismo tiempo que emerge un poder judicial ciego, mudo y sordo, ante tales crímenes. Se inician hace más de 40 años cuando, actuando como uno de los abogados en el caso Watergate, en contra de Nixon, fue abruptamente despedida por su conducta deshonesta y por mentirosa. “Ella conspiró para violar la Constitución, las reglas del Congreso, las del comité y las de confidencialidad”, afirmaba su jefe, Jerry Zeifman.
En 1978, siendo primera dama de Arkansas, recibió, de parte de Tyson Foods, un “soborno” de $100,000 dólares, disfrazado como operaciones en contratos futuros de ganado. Hillary, con un ingreso anual de $25,000, abrió una cuenta de $1,000 para hacer sus inversiones. A los seis meses, guiada por esa mano invisible, se echó a la bolsa $100,000, lo que representa un retorno de 10,000%. El promedio anual de Soros en sus operaciones de futuros, ha sido de 122%.
Existe una denuncia en su contra por operaciones especulativas en futuros de la industria de salud, cuando supervisaba la reforma legislativa de dicha actividad. Es lo que se conoce como “inside trading” que, a gente como Martha Stewart, la llevó a prisión. En ese proceso reafirmó el testimonio falso de su co-defendido, Ira Magaziner, quien mintiera para protegerla. Después ordenó a los colaboradores en el proyecto, destruir documentos que los investigadores habían solicitado.
Es la única primera dama forzada a testificar ante un jurado, el de Whitewater, proyecto fraudulento en el cual los Clinton participaron. En 1996 fue acusada de ordenar al abogado de la Casa Blanca, remover de la oficina de Vince Foster, la misma noche de su muerte, los archivos que la comprometían para luego obligar a los empleados a mentir. Foster se preparaba para declarar en su contra, cuando apareció sospechosamente muerto. Después, en la Casa Blanca aparecieron cientos de archivos del proyecto con sus huellas digitales. Al ser interrogada, respondió no tener idea del por qué.
Secretaria de Estado
Donald Trump describió el Departamento de Estado, como el fondo de inversión de los Clinton. Nunca había estado tan apegado a la realidad. Ahí se han manejado, desde venta de armas, venta de materiales nucleares, subastas de proyectos, todo ello conectado a donativos para la fundación Clinton. Hillary, ante la protesta de Israel, llevó a cabo una venta de 30 billones de dólares de jets de combate para Arabia Saudita. El fabricante, Boeing, donó a la Fundación $1,000,000 de dólares, y el gobierno de Arabia Saudita compensó a la fundación con $10,000,000 de dólares.
En el 2010 un destructivo temblor azotó Haití. Hillary y Bill de inmediato aparecieron en escena ofreciendo, a través de su Fundación, conseguir millones para la reconstrucción del país caribeño. Efectivamente, recabaron millones pero ese dinero jamás llegaría a los empobrecidos haitianos, pues las aportaciones fueron a parar a los cofres de los más importantes donadores de la fundación, ante el escándalo mundial y el silencio de las autoridades de EU.   
Tal vez el lado más oscuro de Hillary, fue mostrado ante el congreso al testificar sobre los ataques en Benghazi, Libia, resultando en la muerte de cuatro americanos, incluyendo el embajador Christopher Stevens, a quien se le negó ayuda que estaba disponible en varios puntos de la región. Ante la primera pregunta de por qué había sucedido, ella respondía furiosa: “A este punto, ya no importa”. Un senador le reviraba: “Importa mucho a los americanos decentes y amantes de la libertad, y también a los familiares que perdieron seres queridos en esa masacre”.  El motivo por el cual no enviara ayuda, fue porque ahí se efectuaba una venta de armas a los guerrilleros combatiendo en Siria.
En relación a los miles de emails destruidos por ella, el ex operador de la CIA, Charles Faddis, en una entrevista afirma tajantemente, el uso de servidores privados por parte de Clinton, no solo ha puesto en peligro la seguridad nacional, sino que ha costado vidas de agentes encubiertos. Ante la pregunta de qué le hubiera sucedido a él, en situación similar cuando era agente activo, sin pensarlo responde, mi carrera hubiera terminado y estaría en prisión.
Ahora ¿Cómo es que Bill y Hillary viajaron de estar completamente quebrados al abandonar La Casa Blanca, para luego amasar una fortuna cercana a los $300 millones de dólares? Esa fortuna fue acumulada en los años que Hillary ocupó la oficina de Secretaría de Estado. Millonarias contribuciones de particulares y gobiernos extranjeros a la Fundación, así como los desorbitantes honorarios a Bill por sus charlas, siempre coincidieron con favores especiales de parte del Departamento de Estado y firmados por Hillary, a cierta gente, todos donadores de la fundación.
Durante el tenor de Hillary en el Departamento de Estado, se rompieron records en ventas de armas llegando a $170 billones de dólares. Los fabricantes y los países que las adquirieron, donaron a la Fundación Clinton cerca de $150 millones de dólares. También, durante su tenor, misteriosamente se extraviaron $6 billones de dólares de los cofres del DE. Hasta el día de hoy, no se han encontrado y ella simplemente afirma, “son errores contables”.
La Fundación Clinton, ya en la mira de autoridades, está siendo acusada de fraude y posible manejo criminal. El analista financiero, Charles Otel, informa de los resultados de una profunda investigación, donde la describe como un elaborado esquema estructurado por los Clinton para enriquecerse. En su reporte titulado, “Falsa Filantropía”, afirma los miembros del Consejo y los Clinton, es seguro que enfrenten serios pasivos legales, que puedan ir más allá de simples infracciones civiles.
Sus historias de crímenes sin castigo de los últimos 40 años, son interminables, pero ya no tenemos más espacio.
Hillary Clinton ha establecido un claro record de engaños y fraude. Y sus engaños no están en la acera de asuntos triviales; son engaños de un material que produce daños irreparables. Daños de sensible material como es la seguridad nacional de los EU y, aun así, con terror vemos se encamina hacia donde esos daños pueden ser de relevancia mundial.

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