“Tal vez nuestros políticos deberían tomar Baja California, con sus pinceladas de zona libre, como un ejemplo a desarrollar en el resto del país si no queremos atestiguar la tan anunciada separación del norte de México y el nacimiento de una nueva república.”
RICARDO VALENZUELA
Hace unos meses recibí la llamada de un buen amigo de mi época de banquero en México. Me solicitaba atender a un importante investment banker de Nueva York en su interés por llevar a cabo unas inversiones en la frontera noroeste de nuestro país, y me pedía preparar una visita a las ciudades de Tijuana, Mexicali y San Luis Río Colorado, para evaluar las posibilidades de esa zona que ellos definieron, ante mi intriga y desconcierto, como única. Esta aventura se ha convertido en una de las experiencias más interesantes de mi vida.
Me hizo recordar cómo siendo yo un novel banquero, por primera vez tuve la oportunidad de visitar esa zona. Eran los años 70s cuando yo me estrenaba como subdirector de Banco Ganadero y Agrícola en Hermosillo. Después de una junta de Consejo, irrumpe mi primo Arcadio Valenzuela en mi oficina para notificarme se había aprobado la apertura de nuestra primera oficina bancaria en la ciudad de Tijuana. Me da instrucciones para que al día siguiente me traslade a dicha ciudad para iniciar los trámites de la apertura.
En mi vuelo de Hermosillo—Tijuana, hacía yo un inventario de mis amigos bajacalifornianos cultivados en el Tec. De Monterrey de los cuales, como era natural, me valdría para hacer mis gestiones más efectivas. Finalmente al arribo y traslado del aeropuerto al hotel, tengo la primera oportunidad de observar Tijuana; el caos, la anarquía. El tramo del aeropuerto a mi hotel era solo un mar de casas de cartón, calles sin pavimentar, pobreza extrema, vendedores ambulantes. El famoso río Tijuana me pareció la capital de la miseria, la suciedad, del desempleo. Esa tarde tuve la oportunidad de ver el centro de la ciudad; cantinas, taquerías, burros tomando cerveza, tiendas de curiosidades, limosneros etc. En ese momento me dije a mi mismo, el Consejo del banco cayó en la demencia colectiva.
Unos meses después, se repetía la visita de mi primo Arcadio en mi oficina ahora pidiéndome me trasladara a Mexicali con la misma tarea. Al día siguiente en mi vuelo de nuevo hacía el inventario de amigos de esa ciudad; Mario Luken, Lico Gallego, Eugenio Elorduy etc. En mi recorrido del aeropuerto al hotel, tuve ahora la oportunidad de observar Mexicali. Me pareció un Caborca pero grande, feo, desértico, al igual que Tijuana lleno de casas de cartón, limosneros, vendedores ambulantes, casas de cambio, tiendas de curiosidades y, como diría el Mico Aguilar; “muchas cantinas y pocas iglesias.” Me pareció la ciudad un centro ejidal. Mexicali en los 70s había sido el escenario de uno de los “grandes proyectos” ejidales de Echeverría, y un rotundo fracaso. De nuevo pensé en la demencia del Consejo.
Meses después inaugurábamos la oficina de Tijuana. Al día siguiente ya atardeciendo, ahora Arcadio me pide me traslade a San Luis Río Colorado para iniciar los trámites de la siguiente oficina de la zona. Después de rentar un auto, salgo de Tijuana a las 7 de la noche hacia el objeto de nuestra siguiente oficina. Al llegar a San Luis en esa noche lluviosa de Enero, no solo me pareció feo, me produjo miedo. Un pueblo sucio y “enzoquetado,” un pueblo a oscuras, sin pavimento, lleno de cantinas, gente armada, chamacos vendiendo drogas, arriadas de mujeres mal encardadas y muy pintadas. Fue tal mi pavor, que definitivamente decidí pasar la noche a Yuma, Arizona.
La semana pasada, después de tantos años, hago de nuevo el recorrido y no lo puedo creer. Tijuana se ha convertido en una verdadera metrópoli, en una bella ciudad. El otrora río Tijuana lleno de casas de cartón, es ahora una bella pieza de arquitectura moderna, jardines, edificios comerciales, hoteles, oficinas de bancos, casas de Bolsa. Los negocios regionales como CALIMAX, fuertes y pujantes. Mexicali igual, una bella ciudad pero, sobre todo, un centro industrial a nivel de los más modernos del mundo. Los parques industriales radiantes, modernos hoteles, su hermoso centro de gobierno y vialidades de primer mundo. San LuisRío Colorado está irreconocible, pavimentado, con modernos hoteles, parques industriales, y ahora una sofisticada agricultura totalmente orientada a la exportación.
La región de Tijuana, Mexicali, San Luis, se ha convertido en una zona de un desarrollo económico realmente impresionante. El crecimiento de la economía regional supera por mucho al del resto del país. Los parques industriales se multiplican cada día, el desempleo es inexistente. Tijuana y Mexicali se han convertido en centros financieros nacionales y centros de negocios a nivel internacional. El turismo en la zona, al igual que todas sus actividades, cada día se multiplica. Alguien me comentaba que Tijuana es la ciudad más visitada del mundo.
A mi paso por Mexicali, aprovechando mis conexiones de alta capacidad informativa, me entero de ciertos planes excitantes y sumamente confidenciales: El gobierno del estado en sociedad con grupos de empresarios y la sociedad civil, han iniciado las gestiones para convertir la región en lo que llaman: “Zonas especiales de promoción económica,” en un primer paso hacia las zonas libres estilo HongKong. Es decir, Baja California se desteta del resto del México viejo y obsoleto para montarse en la nave de la nueva economía cibernética y realmente libre. Baja California ha decidido competir en el nuevo entarimado mundial.
Creo que en Baja California hay una importante lección que aprender. Esa región que hace 30 años era un basurero, es ahora un ejemplo para el mundo que reclama su libertad económica para continuar su paso. Si alguien quiere ver progreso en México, vayan a Baja California. Si alguien quiere ver lo que más se asemeja a mercados libres en México, vayan a la Baja. Si alguien quiere ver el futuro, voltean a Baja California.
Si alguien quiere ver una verdadera integración económica con los EU, o quieren atestiguar como funcionaría el México con libertad para comerciar, vayan a Baja California. Baja California es un ejemplo de lo que México puede ser, aplicando la misma receta que ha hecho de la Baja un centro económico ejemplar en poco más de 20 años, y más lo hará en los siguientes cabalgando sobre su reclamada libertad económica.
A mi regreso de la gira pensaba ¿cómo es posible que Sonora se haya rezagado tanto a Baja California? ¿Será su gente? ¿Serán los gobiernos de la oposición? ¿Será que Sonora tiene su vista hacia el pasado y la Baja hacia el futuro? ¿Serán los gobernadores de Baja California egresados del TEC de Monterrey? ¿Será que Baja California verdaderamente tiene una sociedad civil y Sonora no? Todavía no tengo claro que es lo que ha hecho la diferencia, paro la diferencia es abismal. Tal vez nuestros políticos deberían tomar Baja California, con sus pinceladas de zona libre, como un ejemplo a desarrollar en el resto del país si no queremos atestiguar la tan anunciada separación del norte de México y el nacimiento de una nueva república.
No comments:
Post a Comment