Friday, October 28, 2016

Revolución para México... mental




“Estamos mentalmente subdesarrollados, y ahí tenemos la primera batalla, la lucha para liberar las mentes del futuro.”

“Nadie está más condenado a la esclavitud sin esperanza, que aquellos que falsamente creen ser libres.” Goethe

RICARDO VALENZUELA
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La semana pasada, después de la publicación de mi segundo artículo “Revolución Liberal para México”, recibo un mensaje de Eugenio Elorduy, compañero de estudios en el Tec de Monterrey, ex gobernador de Baja California, exitoso empresario y, sobre todo, gran amigo y hombre de pensamiento profundo.
Me pregunta ¿ahora qué sigue? Le respondo recordando nuestra época de estudiantes cuando aprendimos el proceso administrativo de: Planeación, Organización, Ejecución y Control. Hay que trabajar para lograr un cambio de actitud de los mexicanos… y me revira: 


 
“Mi querido Chero;
Gracias por tu respuesta; a reserva de leer lo que propones, te comento, y estoy seguro tomarás en cuenta la realidad sociológica mexicana. Recuerdo un excelente libro al respecto: Sociología Mexicana de Carlos Echanove. La realidad cultural que sin aceptarla como algo fatídico para siempre, sí hay que darle todo el peso que representa.
En fin, quedo a la espera de tu “ruta“. Un abrazo, mi querido amigo.”
Eugenio Elorduy Walther
El comunicado de Eugenio, aunque corto, porta un contenido explosivo y de una trascendencia que invita a reflexionar. ¿Por qué somos como somos? ¿Por qué estamos como estamos? ¿Tenemos remedio? ¿Cuál es la receta para abandonar este limbo de la mediocridad?
Durante años me he dado a la tarea de investigar el vergonzoso atraso de nuestro país, sobre todo ante el contraste de nuestra patética situación al estar, como muchos piensan, condenados por ser vecinos del país más rico, avanzado y poderoso del mundo. Siempre me intrigó tan odiosa disparidad y fue de esa forma que naciera mi cruzada para diagnosticar el origen de lo que yo siempre he considerado el contraste más grande de la historia: Las diferencias entre México y los EU.
Mi cruzada me ha llevado a visitar Hong Kong, Singapur, etc., a estudiar la historia de las grandes civilizaciones del mundo, la lectura de todos los libros que he podido apropiarme de los temas de economía, sociología, ciencias políticas. Tuve mi primera pista cuando en el aeropuerto del DF encontré un extraordinario libro; “El Desafío Neoliberal”, después al caer en mis manos otra joya; “El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano”.
Sin embargo, mi interrogante se despejó cuando me hice del libro de Lawrence Harrison; “Subdesarrollo es un Estado Mental”. El mensaje de Harrison es simple: La cultura de los diferentes países es lo que determina su éxito o fracaso. Desde entonces he mantenido esa respuesta en el apartado de mi mente donde archivo la información no totalmente aceptada, esperando encontrar respuestas más sofisticadas y menos aberrantes.
Bien, pues es ya la hora de extraerla de nuevo a la superficie. Hace unos días recibí una invitación para un programa de Televisión. El tema que se debía discutir era el si las nuevas reglas migratorias con las que, según algunos, EU agrede a México. El otro invitado era un intelectual mexicano, miembro de una de nuestras “prestigiadas” casas de estudio nacidas como el esfuerzo nacionalista de nuestras autoridades… y nuestros impuestos.
Al iniciar el evento mi contrincante, sin respetar las reglas establecidas, abre con una perorata de varios minutos describiendo cómo las nuevas reglas migratorias de los EU abollaban nuestro orgullo nacional como primer paso para la subyugación de un pueblo y, lo más grave, agreden nuestra soberanía. Al escuchar a este hombre me parecía un eco de las largas notas demagógicas de Echeverría y no lo creía.
Procedo yo a definir la crisis mundial que vivimos y le digo. El problema no es documentar los millones de ilegales. El verdadero problema lo podemos detectar con una simple pregunta ¿Por qué 40 millones de seres humanos han abandonado sus países para emigrar a los EU? Tony Blair afirma que la grandeza de las naciones se mide por el número de seres humanos que las abandonan, o, pacíficamente los invaden. Si es así, podemos afirmar somos originarios de países enanos que no quieren establecer las condiciones para que sus economías crezcan y se generen los empleos. Somos fabricantes de pobreza y exportamos desempleados.
Mi contrincante ahora me acusaba de conspirador y traidor a la patria.
Respondo afirmándole; El hablar de orgullo y soberanía en un país que no crece, exporta un millón de desempleados, se han robado los fondos del Seguro Social, del INFONAVIT y en gran parte depende de los 23,000 millones de dólares que nos envían los 15 millones de “indocumentados”, me parece ridículo. Con ello el académico, abandonando sus cabales, inicia ahora una serie de ataques a las políticas neoliberales que, según él, son las que verdaderamente han arruinado el país.
El alegato, sin estar planeado, nos lleva a la grave problemática de los EU y con rabia afirma: “Los mercados libres fallaron.” El remedio, según él y en acuerdo con Obama, el congreso, la media, es más regulaciones, más intervención del gobierno, más gasto gubernamental, más impresión de dinero fiat, más impuestos y más deuda. Pasa a definir a Obama como el gran profeta.
Recuerdo entonces la frase de Hayek: “Si los socialistas entendieran economía, no serían socialistas.” Le reviro; estás agregando insulto a las heridas, los creadores de las políticas que provocaron la masacre, ahora los solicitas como los sabios servidores públicos que nos mostrarán el camino. El fallido gobierno ha estado culpando a todo mundo menos a… el mismo. Y por supuesto, ese gobierno inepto ahora es usado para incrementar de los poderes gubernamentales coartando las libertades. El hombre entonces hirviendo en furia, abandona el estudio y el debate.
Me reponía del mal rato pasado en el enfrentamiento cuando, en relación a mi artículo, recibo este mensaje de otro graduado del Tec de Monterrey:
“Estoy en desacuerdo contigo. El estado, por necesidad, siempre estará presente como aparato regulador que busque los equilibrios indispensables hacia la equidad en todos los aspectos. No se puede evitar. En las crisis tiene que intervenir de manera, conciliadora, reguladora, hasta pacificadora. Hasta los actores económicos (sí claro, los monopolistas y empresarios estatistas) lo requieren y le exigen su intervención para alcanzar las metas de justicia en el accionar de la economía.
El libre albedrio de los mercados es un extremo... y todos los extremos no son buenos. Concluiría diciendo: ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.”
Keynes, levántate y camina.
Si esto piensa un egresado del Tec de Monterrey ¿Qué pensaran los emergentes de la UNAM y demás nidos de marxistas que son las universidades públicas? Estamos mentalmente subdesarrollados mí querido Eugenio, y ahí tenemos la primera batalla, la lucha para liberar las mentes del futuro.

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