“Los líderes de los EU no entienden de mercados libres, mucho menos los gánsteres a cargo de la OPEC. Si eso sucede en países en los que el petróleo no es controlado por sus gobiernos ¿Qué podemos esperar de una industria que, como en México, es controlada por sus líderes sindicales y políticos atarantados añorando a Tata Lázaro?”
RICARDO VALENZUELA
El presidente Peña Nieto por fin se anima a meter la mano en esa gusanera llamada Petróleos Mexicanos. El que una propuesta de reforma haya llegado al congreso, es un acontecimiento tan histórico como la trillada expropiación de Tata Lázaro, que le diera vida a ese monstruo que representa todos los males que mantienen al país en medio de esa mediocridad, a la que, desgraciadamente, los mexicanos ya nos acostumbramos.
Ante una posible cirugía reconstructiva para Pemex, es interesante analizar las fuerzas que han participado en el tejido de esta telaraña de complicidades. El petróleo es un elemento de fundamental importancia para las economías del mundo. Sus precios afectan desde la manufactura de los principales bienes y servicios, hasta el transporte y distribución de los mismos y, ante cualquier eventualidad, afectan los mercados financieros. Es pues, una pieza neurálgica de los sistemas económicos y financieros del mundo.
Si hay alguna industria a nivel mundial, en la que la mano de los gobiernos quede dibujada en todos y cada uno de sus pasos, es la del petróleo. Existe un cartel monopólico, es decir, pocos oferentes del producto que tiene una demanda mundial. Ese cartel llamado OPEC, es un conjunto de países en los cuales el petróleo es controlado por sus gobiernos, llámense los Sheiks de las naciones árabes, los reyes sexenales como el nuevo que tienen los Venezolanos, o líderes sindicales como en México. El cartel es un es la representación del estatismo y de la corrupción burocrática. Si en alguna industria a nivel mundial se odia a los mercados libres, esa es la industria petrolera.
La mayor parte del problema y la solución está en los EU. El país del norte es el más grande consumidor de petróleo y derivados del mundo, es decir, es el que crea la mayor parte de la demanda, y pudiera ser productor para abastecer toda la toda esa demanda tanto interna y externa. Uno de los pocos países del mundo con grandes reservas de petróleo y en el cual la actividad está en manos de la iniciativa privada, son los EU. Sin embargo, el gobierno durante todo el siglo pasado se dedicó a intervenir dicha industria mediante todos sus fatales esquemas con los que los gobiernos destruyen las actividades productivas; legislaciones, prohibiciones, control de precios, regulaciones, impuestos, leyes antimonopolios etc, restringiendo la oferta de petróleo y de esa forma abrirle el camino a la formación del cartel de los países miembros de la OPEC.
Durante las últimas décadas el gobierno de los EU, actuando en una fatal sociedad con organizaciones ecologistas, ha reducido la oferta de petróleo a través de los siguientes esquemas:
Si estas políticas tan destructoras no se hubieran implementado, jamás habría nacido el cartel petrolero de la OPEC. No fue accidente que en 1981 después de que el gobierno americano desactivó el control de precios del petróleo y del gas natural, los mismos se redujeron dramáticamente. Si los EU se atrevieran a abolir el resto de las restricciones y controles sobre la producción de energía, la OPEC desaparecería en unos cuantos meses y los verdaderos precios emergerían. Pero al igual que con el problema de las drogas, interviniendo la oferta, ha promovido un cartel tal vez más corrupto y peligroso que el cartel de Medellín en Colombia, el de Sinaloa o el del Golfo en México.
Los líderes de los EU no entienden de mercados libres, mucho menos los gánsteres a cargo de la OPEC. Si eso sucede en países en los que el petróleo no es controlado por sus gobiernos ¿Qué podemos esperar de una industria que, como en México, es controlada por sus líderes sindicales y políticos atarantados añorando a Tata Lázaro? Urge esa cirugía.
El presidente Peña Nieto por fin se anima a meter la mano en esa gusanera llamada Petróleos Mexicanos. El que una propuesta de reforma haya llegado al congreso, es un acontecimiento tan histórico como la trillada expropiación de Tata Lázaro, que le diera vida a ese monstruo que representa todos los males que mantienen al país en medio de esa mediocridad, a la que, desgraciadamente, los mexicanos ya nos acostumbramos.
Ante una posible cirugía reconstructiva para Pemex, es interesante analizar las fuerzas que han participado en el tejido de esta telaraña de complicidades. El petróleo es un elemento de fundamental importancia para las economías del mundo. Sus precios afectan desde la manufactura de los principales bienes y servicios, hasta el transporte y distribución de los mismos y, ante cualquier eventualidad, afectan los mercados financieros. Es pues, una pieza neurálgica de los sistemas económicos y financieros del mundo.
Si hay alguna industria a nivel mundial, en la que la mano de los gobiernos quede dibujada en todos y cada uno de sus pasos, es la del petróleo. Existe un cartel monopólico, es decir, pocos oferentes del producto que tiene una demanda mundial. Ese cartel llamado OPEC, es un conjunto de países en los cuales el petróleo es controlado por sus gobiernos, llámense los Sheiks de las naciones árabes, los reyes sexenales como el nuevo que tienen los Venezolanos, o líderes sindicales como en México. El cartel es un es la representación del estatismo y de la corrupción burocrática. Si en alguna industria a nivel mundial se odia a los mercados libres, esa es la industria petrolera.
La mayor parte del problema y la solución está en los EU. El país del norte es el más grande consumidor de petróleo y derivados del mundo, es decir, es el que crea la mayor parte de la demanda, y pudiera ser productor para abastecer toda la toda esa demanda tanto interna y externa. Uno de los pocos países del mundo con grandes reservas de petróleo y en el cual la actividad está en manos de la iniciativa privada, son los EU. Sin embargo, el gobierno durante todo el siglo pasado se dedicó a intervenir dicha industria mediante todos sus fatales esquemas con los que los gobiernos destruyen las actividades productivas; legislaciones, prohibiciones, control de precios, regulaciones, impuestos, leyes antimonopolios etc, restringiendo la oferta de petróleo y de esa forma abrirle el camino a la formación del cartel de los países miembros de la OPEC.
Durante las últimas décadas el gobierno de los EU, actuando en una fatal sociedad con organizaciones ecologistas, ha reducido la oferta de petróleo a través de los siguientes esquemas:
A) Previniendo la exploración y el desarrollo de reservas en vastas áreas que arbitrariamente se han establecido como “reservas naturales.” Siendo el estado de Alaska el más afectado en este ridículo proceso. Se dice con voz muy baja, que las reservas petroleras de los EU son tal vez las más grandes del mundo, sin embargo, entre el gobierno y los ecologistas, no han permitido ni permitirán el explorarlas, mucho menos explotarlas.Adicionalmente el gobierno fue el responsable por un aumento artificial en la demanda de petróleo mediante políticas como:
B) Prohibiendo el desarrollo de pozos petroleros en aguas continentales de EU, en donde también se sabe las reservas son casi infinitas.
C) Prohibiendo la construcción de oleoductos de petróleo y gas, nuevas refinerías, instalaciones de almacenaje de petróleo, e instalaciones para poder manejar a los súper tanques de transporte. En actividades que no han sido prohibidas, se ha incrementado el costo hasta hacerlas improductivas. (Un plan para construir un oleoducto de California a Texas, fue abandonado cuando se tuvo que lidiar con más de 700 agencias gubernamentales).
D) El establecimiento en un momento dado de precios controlados que de inmediato suprimen la energía de los participantes en cualquier actividad empresarial, y destruyen las actividades productivas.
E) El establecimiento de impuestos arbitrarios a las compañías petroleras restringiendo de esa forma sus utilidades y, por lo mismo, la reinversión, capitalización y desarrollo de la industria.
F) El deterioro de las inversiones en la industria a través de amenazas de acciones anti monopólicos o de nacionalización, forzando a muchas de las empresas a reducirse, y en algunos casos a desaparecer.
A) Mediante el control del precio del gas natural desde mediados de los años 60s, perjudicando de una forma muy importante el crecimiento y consolidación de la industria, que hasta la fecha no alcanza su verdadero desarrollo.Así es como el gobierno de EU ha distorsionado los mercados del petróleo interviniendo los mismos para fijar oferta y demanda artificiales, y ha permitido el nacimiento del famoso cartel ahora liderado por un grupo de políticos corruptos y reyecitos que nada entienden de mercados libres. Así mismo, los EU siguen agrediendo a los mercados de la forma más destructiva y desastrosa que alguien pueda imaginar, pretendiendo de una manera inocente que, por haber salvado a Kuwait de las garras de Sadam Hussein y haber evitado que el otro verdugo del desierto, Muammar Gaddafi, siguiera oprimiendo a los libios, tendrían acceso a petróleo a precios de ganga.
B) Bajo la amenaza de los grupos ecologistas, el gobierno ha prevenido la construcción de plantas de energía atómica y ha restringido la minería y la exploración de carbón, políticas que hasta la fecha sigue implementando.
C) También bajo la amenaza de grupos ecologistas, el gobierno ha forzado a las empresas de energía eléctrica el consumir petróleo en lugar de carbón, y ha forzado a los fabricantes de automóviles a producir motores que requieren un alto consumo de gasolina.
Si estas políticas tan destructoras no se hubieran implementado, jamás habría nacido el cartel petrolero de la OPEC. No fue accidente que en 1981 después de que el gobierno americano desactivó el control de precios del petróleo y del gas natural, los mismos se redujeron dramáticamente. Si los EU se atrevieran a abolir el resto de las restricciones y controles sobre la producción de energía, la OPEC desaparecería en unos cuantos meses y los verdaderos precios emergerían. Pero al igual que con el problema de las drogas, interviniendo la oferta, ha promovido un cartel tal vez más corrupto y peligroso que el cartel de Medellín en Colombia, el de Sinaloa o el del Golfo en México.
Los líderes de los EU no entienden de mercados libres, mucho menos los gánsteres a cargo de la OPEC. Si eso sucede en países en los que el petróleo no es controlado por sus gobiernos ¿Qué podemos esperar de una industria que, como en México, es controlada por sus líderes sindicales y políticos atarantados añorando a Tata Lázaro? Urge esa cirugía.
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