Friday, December 2, 2016

¿Es posible que EEUU vuelva al “patrón oro”?

Por Juan Gasalla

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El triunfo electoral de Donald Trump en los EEUU continúa deparando nuevas sorpresas, en lo que se avizora como un nuevo panorama internacional, que excede a la política y tiene implicancias económicas en todos los mercados.
Según la publicación especializada Business Insider, el magnate del Real Estate evalúa regresar al llamado "patrón oro", que rigió el intercambio financiero y comercial en el mundo hasta mediados del siglo pasado. Esta iniciativa implica en la práctica la abolición de la Reserva Federal, cuya función, entre otras, es la de coordinar la emisión de dólares.
La Fed de los EEUU, hoy presidida por Janet Yellen, es un organismo autárquico. Esta independencia política no es del gusto de Trump, quien aspira a una mayor hegemonía económica de los EEUU en el mundo, con un dólar fuerte que no esté sometido a decisiones de política ajenas a la Casa Blanca.


Este lunes, el futuro presidente de los EEUU se reunió con John Allison, mencionado como posible secretario del Tesoro a partir de 2017. Allison, ex director general del banco BB & T, es un reconocido economista del Cato Institute, una organización sin fines de lucro ni afiliada a un partido político, de corte liberal que promueve la desregulación y una menor intervención del gobierno en los mercados.
"Me gustaría deshacerme de la Reserva Federal porque la volatilidad de la economía es causada principalmente por la Fed", escribió Allison en 2014, en una publicación del Cato Journal.
Entre otras consideraciones, Allison aseguró que "la Fed está cambiando radicalmente la oferta de dinero, lo que distorsiona las tasas de interés. Y el exceso de regulación del sector financiero, que hace que el cálculo económico racional sea difícil". También sentenció que "los mercados forman las burbujas, pero la Fed les hace peor".
Trump no tomo una decisión aún, pero manifestó durante la campaña su interés por un regreso al patrón oro vigente hace un siglo. "Solíamos tener un país muy, muy sólido porque estaba basado en un patrón oro", expresó durante una entrevista televisiva, aunque reconoció entonces que establecer esta referencia para el dólar sería inaplicable con las actuales existencias del metal en EEUU. "Volver al patrón oro sería algo muy difícil de hacer, pero vaya, sería maravilloso. Tendríamos un estándar sobre el cual basar nuestro dinero", dijo en otra oportunidad a la revista GQ.
 
Germán Fermo, director de MacroFinance y de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, explicó que "hacer eso sería eliminar a un banco central y precisamente por el colapso del patrón oro es que se inventaron los bancos centrales. No quiere decir que no haya abuso de la Fed en lo que es su política monetaria, pero de ahí a retroceder y eliminarlos por completo implicaría un reordenamiento mundial y no necesariamente sería óptimo".
¿Es técnicamente posible que EEUU regrese al patrón oro? Según las estimaciones del Cato Institute, sí. Al precio actual del oro de alrededor de USD 1.185 por onza troy, las reservas del metal en los depósitos del gobierno de EEUU ascienden a USD 309.878 millones (261,5 millones de onzas). Este monto representa aproximadamente el 10% de los billetes y monedas en circulación en el país norteamericano, más los depósitos en cuentas a la vista, que los economistas denominan "M1". Ese ratio de 10% de reservas frente a la base monetaria es considerado adecuado en economías desarrolladas.
"Trump se equivocaría y no creo que haya un solo asesor de él que se lo esté recomendando. Si ocurriera, cambiaría el mundo entero por un rato largo. Supongamos que el mercado estuviera creyendo esto posible, el oro estaría 'volando', se hubiera ido a USD 8.000 la onza, y ni se mueve. Al contrario, se está vendiendo", describió Germán Fermo.
Sin embargo, hay obstáculos complejos de sortear. Existen en circulación bonos del Tesoro de los EEUU, así como títulos emitidos por la propia Reserva Federal como parte de los tres programas de "alivio cuantitativo" (Quantitative Easing o QE) aplicados en los últimos ocho años. También hay cientos de miles de millones de dólares en circulación en el mundo, muchos de ellos en poder de los bancos centrales. Estos factores hacen incierto el objetivo de regresar al patrón oro sin minar la confianza internacional que goza el dólar, contraer el estancado comercio entre países y desacelerar el anémico crecimiento económico en todo el mundo.
"No le veo sentido", apuntó Ariel Squeo, director de ICB Argentina. "Hoy el mundo toma el dólar, incluyendo los bonos del Tesoro de EEUU, como refugio de valor, a pesar de que en los últimos años, vía QE, emitieron billetes y recompraron sus bonos con total libertad. ¿Por qué van a querer perder esa libertad en un contexto global que no encuentra sustituto al dólar?", agregó.
Por otra parte, Squeo advirtió los límites políticos que se autoimpuso Trump en la campaña y preguntó: "¿Con qué fin van a someterse a una disciplina presupuestaria cuando el presidente electo está dando mensajes de una política económica tendiente al endeudamiento, rebaja de impuestos e incremento de gasto público?".
Un retroceso de un siglo
Durante el siglo XIX las potencias coloniales impusieron el patrón oro, "gold standard" o "gold system"como esquema monetario, al respaldar sus emisiones de billetes y monedas por la cantidad de oro en las arcas del Estado. Esta "convertibilidad" hacía posible el intercambio de cierta cantidad de moneda en circulación por el metal precioso.
Las guerras mundiales del siglo XX fueron el colapso de este sistema: muchos países en conflicto se encontraron en la obligación de emitir moneda por encima de sus tenencias de oro y plata para financiar gastos de emergencia ante la carencia de otros recursos.
La crisis hiperinflacionaria en Alemania durante la República de Weimar (1919-1933) es un ejemplo de la emisión de dinero sin aquel respaldo en metálico. En sentido contrario, la rigidez del patrón oro impidió a los EEUU apelar a la laxitud monetaria para superar la Gran Depresión de la década del 30, como sí lo hizo durante la crisis financiera de 2007-2009.
Los acuerdos de Bretton Woods en 1944, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, determinaron que el mundo adoptaría al dólar de los EEUU como divisa internacional de reserva y respaldo de sus emisiones de billetes y monedas. También se definió la creación de instituciones multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para asistir y coordinar las relaciones financieras entre las naciones.
En Bretton Woods los países industrializados, con EEUU a la cabeza, procuraron fijar pautas para las transacciones financieras y comerciales de la posguerra, en un mundo que atravesaba un cerril proteccionismo. El dólar norteamericano como referencia tuvo sus fundamentos: con un 7% de la población mundial, EEUU concentraba entonces el 50% del PBI mundial.
A la vez, aquellos países que debían financiar su reconstrucción después de la guerra podían acceder a créditos del FMI o bien apelar a sus reservas en un período de inevitable déficit fiscal.
La condición puesta por las naciones industriales para adoptar el patrón dólar fue que la Reserva Federal de los EEUU, el banco central que decide los niveles de emisión del billete verde, continuara apegándose al estándar del oro.
Esta situación se quebró en 1971, cuando los excesivos gastos ocasionados por la Guerra de Vietnam obligaron al presidente norteamericano Richard Nixon a emitir más dólares que los que podía respaldar con el oro depositado en Fort Knox. La consecuencia de este cambio fue que en el mundo aumentó la demanda mundial de oro, cuyo precio creció considerablemente, así como la de marcos alemanes y otras monedas "fuertes", mientras que el dólar se devaluó para dar más competitividad a la producción norteamericana en un momento en que los EEUU registraban déficit comercial.
Hoy conviven en el mundo distintas monedas de referencia, cuyas cotizaciones fluctúan de acuerdo con los instrumentos de política monetaria de los bancos centrales que las emiten y, fundamentalmente, de la confianza que genera la solidez de sus economías. No obstante, el dólar norteamericano y los bonos del Tesoro de los EEUU mantienen su protagonismo como los principales activos financieros globales que, junto con el oro, aún integran la mayor parte de las reservas internacionales de los bancos centrales de todos los países.
"Creo que se está sobreestimando el 'demonio' detrás de Trump. Como todo presidente, va a poder cambiar muy poco. Le va a dar cierto sesgo a lo que él quiere hacer, sin duda, pero no creo que el reordenamiento mundial esté en peligro. Personalmente, a esa visión no la compro", opinó Germán Fermo.

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