REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
Allá en los años 50 acompañaba a mi abuelo al Banco Ganadero cuando se encuentra con uno de esos clásicos amigos envidiosos que de inmediato lo aborda; ¿Que se te ha muerto mucho ganado? Azotaba a Sonora una de las peores sequías de su historia. Así es, responde mi abuelo. Arremete el “amigo;” Pero me dicen que mucho. Si mucho, acepta mi viejo. Con cara casi de orgasmo su interlocutor insiste; me dicen que se te mueren mas de 100 reses diarias, ¿es cierto? Mi abuelo ya molesto revira: “así es, y si no me llueve en los siguientes 20 años, esta sequía me va a dejar sin ganado.” El mensaje era que había atrás de su obra muchos años de trabajo, sudor y lagrimas para que una sequía acabara con todo.
Hace unas semanas recibí una invitación para participar en un grupo de debate. En estos momentos el grupo ha puesto sobre la mesa el tema clásico de la pobreza de América Latina, y como es ya la costumbre, surge la comparación de las grandes disparidades ahora con la riqueza de los países de Europa que durante años han estado política y económicamente controlados por los partidos estatistas conocidos como social demócratas. Es decir, nuestros perredistas continentales afirman que sus recetas funcionan y su argumento es la riqueza de esas naciones entre las cuales se distinguen Suecia, Finlandia, Alemania, Francia e inclusive Inglaterra que aun con la conversión de Tony Blair para ellos forma parte de sus conquistas.
El fuego cruzado ha sido extenso para alcanzar el blanco de las trincheras enfrentadas en la batalla. Este es un tema apasionante. Hace años en una platica que ofrecí en la ciudad de Denver hacía yo una agresiva defensa del liberalismo y atacaba el socialismo, en eso una dama me interrumpe agrestemente para casi con furia rebatir mis argumentos afirmando ser originaria de Suecia, país según ella orgullosamente socialista y sobre todo me grita; “más rico y desarrollado que México.” Su afirmación me tomó por sorpresa y en esos momentos no tuve yo armas para repeler su agresión—sin embargo el tema quedó en mi subconsciente para posterior análisis y aclaración.
Esta discusión del grupo ha coincidido con un par de lecturas que me ocupan en estos momentos y me ofrecen las tan ansiadas armas de las cuales carecí ante la dama sueca. Siempre he pensado yo que gran parte de las respuestas a muchas de nuestras inquietudes las encontramos en la historia. Hace unas semanas inicié la lectura de dos libros que ha arrojado luz en mi sendero: “Los Hermanos Fundadores,” “Historia de la Sociedad Secreta mas Poderosa del Mundo.” El primogénito de ellos es la historia no tradicional de la forma en la cual los discípulos de Washington lucharon por esculpir el nuevo país, luego de que el padre de la patria se retirara al final de sus dos periodos como el primer Presidente de la nueva nación. El segundo es la historia del liberalismo de los masones en Europa.
Los primeros ocho años de la vida independiente de los EU fueron sólo de curar heridas y reconstrucción de los enormes daños provocados por su guerra contra los ingleses. Sin embargo, al momento de que Washington abandonó el poder, se inicia un feroz enfrentamiento entre dos grupos conocidos como Federalistas y Republicanos. Los primeros encabezados por Hamilton, los segundos por el verdadero padre de los EU Thomas Jefferson. Hamilton tratando de establecer un esquema político similar al de los países de Europa monárquica que luego daría vida a los socialdemócratas. Jefferson quien había devorado los escritos de Locke y Adam Smith pretendía un nuevo experimento; un país basado en las ideas de libertad tan claramente expuestas por Locke en su “Dos Tratados de Gobierno.”
La coalición entre estos dos hombres fue muy diferente a lo románticamente expresados por los libros de historia; Fue a muerte y utilizando tácticas que a Roberto Madrazo lo harían parecer un monaguillo y al adalid de la integridad política. Finalmente la batalla fue ganada por Jefferson quien se convirtió en el tercer presidente del país y de esa forma inicia la construcción de lo que sería el milagro del Siglo XIX. Los EU implementaron el concepto de capitalismo democrático que en sólo cien años les permitió arrebatar el liderazgo mundial a Inglaterra mantenido durante siglos. El inicio de la guerra de independencia de EU y la publicación del libro de Adam Smith; “La Riqueza de las Naciones,” tienen el mismo aniversario 1776.
Las ideas de Smith ya implementadas en los EU iniciaron su enraizamiento en todo el viejo Continente cuando los europeos se dieron cuenta de que el ingreso de Inglaterra durante las primera décadas del Siglo XIX se disparaba de forma explosiva. A finales del Siglo XVIII en dólares actuales, el ingreso per capita de los ingleses no llegaba a $1,000 y había permanecido constante durante 500 años, pero hacia finales del nuevo siglo ya alcanzaba casi los $6,000. Bastiat y Say tejieron el concepto en Francia puesto que otros economistas como Cantillon, Montesquieu, Turgot ya portaban la semilla. La fiebre del mercado se extendió cuando Tonqueville reseñaba el nuevo país llamado los EU y el paraíso de libertad que había descubierto.
La riqueza creada en Europa durante ese periodo, fue tal que ni aun los casi cien años de agresión de parte de los sociales demócratas han logrado postrar el continente en la miseria como la que nos agobia en America Latina. Muchos admiradores de la economía europea actuales parecen olvidar que Europa ha tenido casi un siglo y medio de capitalismo, siendo además cuna de dicho sistema económico. Los finales del siglo XVIII y todo el siglo XIX fue la gran época de oro del capitalismo en el mundo y desde luego Europa no fue una excepción. A este periodo capitalista Europa debe su actual prosperidad. Una prosperidad que casi un siglo de socialdemocracia no ha podido aun destruir. Entonces como le afirmaba mi abuelo a su amigo, si no les llueve a los Europeos en los siguientes cien años, se les acaba el Ganado, pues ni la sequía social demócrata ha podido aniquilar la riqueza creada en los siglos anteriores. Pero si quieren terminar el trabajo les enviamos a Hugo Chavez, Echeverría, Alan Garcia, Fidel Castro y ellos sin duda lo completan. ¿Mexico? Creo nos quedan unas cuantas chivas.
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