Monday, December 19, 2016

REPUBLICA O DEMOCRACIA



REFLEXIONES LIBERTARIAS
 Ricardo Valenzuela
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Desde que tengo uso de razón, siempre escuché a mi padre afirmar: “Si en México tuviéramos verdadera democracia, el presidente sería Cantinflas, Pedro Infante, o El Santo.”¿Qué tan benéfica es la democracia para nuestros países latinoamericanos? Como liberales, ¿qué tan convencidos estamos de la democracia? Pues este proceso político nos ha servido a gorilas como Chávez en Venezuela, a Chile Salvador Allende, al Ecuador el loco Bucarán, a Perú un Alan García. ¿No sería más conveniente para nosotros un estilo Lee Kuan Yew de Singapur? ¿El de Corea de los 80s? O tal vez lo que el verdadero credo liberal como el de Jefferson promovía; un gobierno tan pequeño que casi, casi no lo fuera.
 

Algunos liberales piensan que democracia y mercados libres deben ser las banderas liberales. Pero olvidan un pequeño detalle: ellas no casan bien entre sí. Porque democracia es Gobierno de la mayoría, y liberalismo es Gobierno limitado. Mientras el liberalismo es individualista por principio, la democracia es una forma de colectivismo: el colectivismo mayoritario. Y una mayoría puede decidir saltarse los límites gubernamentales y acabar con el Gobierno limitado, o impedirlo, o vetar su restauración. Tal decisión es perfectamente justa y legítima según la doctrina democrática roussoniana y marxista; pero no según la doctrina liberal clásica que algunos neoliberales desconocen.

Esa decisión ha sido tomada democráticamente, repetidas muchas veces desde que el mundo es mundo, en muchísimos países -incluyendo los latinoamericanos. Así es como acabaron con la libertad, la poquita que había. Democracia mata libertad; así de simple. Es el caso clásico del crecimiento expansivo del gobierno americano en contra de todos los principios liberales de Jefferson, Madison, Jackson que le dieron vida a este gran país— ¿al abanderado de tal asalto? El héroe de los demócratas; F. D. Roosevelt y ahora sus herederos los Clinton y Cia.

Como muy bien lo plantearon Hayek y José Ortega y Gasset, democracia y liberalismo son respuestas a dos preguntas diferentes. La democracia responde a la cuestión "¿Quién gobierna?"; el liberalismo a la pregunta "¿Cuánto gobierna?" A la primera, la democracia responde "la mayoría"; a la segunda, el liberalismo contesta " muy poco". A la democracia le interesa sólo la primera pregunta. Y al liberalismo le importa fundamentalmente la segunda. El liberalismo carece de conciencia democrática; y la democracia de sensibilidad liberal. Al liberalismo le basta con que los Gobiernos gobiernen poco; y satisfecha esta condición, no le interesa mucho quién y cómo los elige y se desentiende del asunto. A la democracia le basta con que los Gobiernos surjan de elecciones populares y por mayoría; y verificada esta condición, no le interesa cómo y cuánto gobiernan; se despreocupa del asunto.


Cuando accidentalmente me topé con este extraordinario libro producto fino del brillante economista y filósofo Hans Herman—Hoppe, su título llamó poderosamente mi atención y mi primera reacción fue de alarma al ver la forma en que ese producto ausente de la historia mexicana, era precedido por un verbo tan tajante con el cual normalmente se define algo tan grave como el fracaso.

Inicié su lectura con interés y escepticismo pues como hombre sediento de ello, los primeros argumentos no producían el rechazo del manjar ausente de la mesa del México autócrata, tiránico y oprimido. Pero mi hambre de libertad superior a los primeros argumentos esgrimidos en contra de ese nebuloso sueño finalmente al alcance de la mano de los  sonorenses, no me permitía la entrega final de mi recia voluntad.

La República es un gobierno representativo regido por la ley. Democracia es el gobierno colectivo de las masas y es regido por eso; las masas. La República reconoce los derechos individuales e inalienables mientras que, la democracia sólo le preocupa las necesidades de las masas formando la burocracia profesional y la economía de la política.

En la República legislar es un cuidadoso proceso que requiere aprobación de las tres ramas del gobierno, la Suprema Corte y jurados individuales. En la democracia es un proceso de aprobación de parte de esa mayoría a través de encuestas, referéndum y manifestaciones. Una democracia fue la que condenó a Jesucristo a la cruz. La democracia se autodestruye cuando las improductivas mayorías se dan cuenta de que, tienen el poder para votar y recibir sus golosinas de parte de la minoría productiva, eligiendo candidatos que les prometan eso; el circulo vicioso de impuestos—gastos para el reparto de los dulces.

James Madison advertía en el congreso continental: “Las democracias siempre han sido espectáculos de turbulencia, han sido igual incompatibles con la seguridad personal y los derechos de propiedad; en general han tendido cortas vidas y, han muerto violentamente.”

“La República es el gobierno que adquiere sus poderes directa o indirectamente de la gran masa de la sociedad civil, es administrado por personas en funciones por un periodo de tiempo limitado, y es calificado por su eficiencia. Es esencial que ese gobierno sea emanado de una gran parte de la sociedad civil y no de una pequeña clase favorecida porque de otra forma, un puñado de tiránicos nobles ejerciendo su opresión vía delegación de poderes, puedan aspirar a la clasificación de república, y exigir para ese gobierno el honorable título: República.”

Imaginemos un mundo con un gobierno democrático universal. ¿Cual sería el resultado de una elección? Lo más probable es que un chino o hindú fuera el presidente en funciones y luego, a petición de las masas y para mantener su voto, se decretaría el que el mundo occidental tiene demasiada riqueza y, es necesario el llevar a cabo una redistribución, organizando un ejido mundial.

Pero a medida que la tecnología avanza se precipita la desaparición de los políticos demagogos y profesionales. Una nueva alternativa de gobierno estará surgiendo; el gobierno empresarial, el de la meritocracia cuando el mercado poco a poco desplaza el estado. Surge ya un poder judicial privado a nivel mundial con extraordinarios resultados.

Estará naciendo una nueva soberanía comercial que finalmente como lo afirma Hans Herman Hoppe, desembocará en el separatismo de estados y países para formar entes autónomos y soberanos. Entonces, ¿en Mexico queremos democracia o un sistema republicano? ¿La dictadura de las masas y la demagogia, o la dictadura de la ley y resultados? ¿El centralismo de siempre, o estados autónomos? El gran abogado italiano Bruno Leoni pregunta: ¿Podremos llevar a cabo comparaciones exitosas entre el mercado y formas no legislativas de ley? Porque si no lo hacemos, la tiranía de las masas nos llevará al verdadero Apocalipsis.

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