“LA MAGNA OBRA DE HAYEK; "CAMINO A LA SERVIDUMBRE", ERA UNA CLARA ADVERTENCIA DE LO QUE EL DESTINO PREPARABA PARA LOS PAÍSES QUE SE DISPONÍAN A VESTIR, O, YA VESTÍAN LOS ROPAJES DEL SOCIALISMO”
RICARDO VALENZUELA
Hace unos días una persona que yo considero amiga, de un nivel social y educativo superior al de las masas y, finalmente, navegando en el mundo de las comunicaciones políticas mexicanas, por mis agresivas críticas a los gobiernos en general y, en especial, a la clase política mexicana, me acusa de ser un resentido. Ello trajo a mi mente la famosa frase de la líder negra en EU, Harriet Tubman, meses después del final de la guerra civil:
"Liberé muchos esclavos y pude haber liberado muchos más, si tan solo ellos hubieran tenido consciencia de que eran eso; esclavos."
Una de las grandes diferencias entre la cultura anglosajona de EU y la de los mexicanos, es que en México, herencia del absolutismo de la corona española, nos instalaron el programa del gobierno omnipotente en manos del tirano en turno a quien se le venera. En el caso de EU, gracias básicamente a Jefferson, identificaron el gobierno como un mal necesario al cual se debía vigilar con ojos de halcón para mantenerlo a raya y no perdiera la visión de su única responsabilidad, protección de la sociedad.
Pero ¿qué ha sucedido desde entonces?
Al finalizar la segunda guerra mundial, se consolidaba un proyecto iniciado 25 años atrás en la primera conflagración mundial: La toma por asalto del continente europeo por una nueva forma de gobierno inspirado, entre otras fuentes, por la emergencia de los jacobinos socialistas quienes habían "suavizado" las ideas de Marx, dándole vida a un nuevo socialismo democrático. El movimiento de inmediato reclutaba mentes del calibre de George Bernand Shaw, Sidney Webb quienes jugaran un papel crucial en la fundación del London School of Economics (LSE) para convertirlo en el nido del socialismo moderno.
El movimiento nacía con tal potencia que, en las elecciones inglesas de 1945, el gran héroe en la victoria aliada sobre el nazismo, Winston Churchill, era derrotado por el candidato socialista Clement Attlee, y de esa forma iniciar el calvario británico que, a finales de los años 60, postrara el imperio en agonía consecuencia de nacionalizaciones de empresas privadas, impuestos marginales que llegaban al 90% y el crecimiento de una voraz burocracia que devoraba sus entrañas.
Se iniciaba el vía crucis europeo cuando abrazaba el socialismo democrático, y pareciera que ahí mismo se dibujaba el futuro de la humanidad.
Sin embargo, durante los años 30 un desconocido filósofo y economista arribaba a Inglaterra y sentaba su base en el LSE, F.A. Hayek. Este hombre llegaba portando unas ideas diferentes que emergían en su país de origen, Austria. Hayek heredaba la batuta de un liberalismo más puro que el tradicional, cuyas raíces se podían rastrear hasta los escritos de otro economista austriaco, Carl Menger.
Durante los años finales de la década de los 30 y durante los años de la segunda guerra mundial, Hayek protagoniza un legendario debate permanente e ideológico con otro famoso economista, John Maynard Keynes. La bandera de Hayek era muy clara: "El gobierno no debe dirigir ni controlar la economía sino establecer, y hacer que se cumplan, leyes de propiedad e intercambio que permitan a los individuos interactuar entre ellos de la manera material más productiva. Libertad propiamente concebida, no es ausencia de la ley, es su supremacía".
Las ideas de Keynes eran totalmente contrarias a las de Hayek con las cuales él solicitaba el gobierno interventor dando vida a la economía mixta. En uno de esos debates Hayek le demostraba que sus políticas eran ilusorias y solo daban resultados en corto plazo, pero en el largo plazo nunca funcionarían. En ese momento Keynes, sintiéndose acorralado respondía: "En el largo plazo todos estaremos muertos".
El mensaje de Hayek lo interpretaba Ayn Rand: "Liberalismo produce hombres de ego autosuficiente, responsables, de juicio independiente, el hombre cuyas convicciones, valores y propósito son producto de su propia mente. El hombre que vive para sí mismo. El socialismo produce el parasito espiritual, el dependiente que rechaza la responsabilidad y es moldeado y dirigido por otros, el colectivista de espíritu que ubica a los demás por encima de sí mismo. El liberalismo edifica un gobierno limitado a la protección sin mandato para ser el amo, ni distribuir la riqueza de quienes la generan en beneficio de los que no la producen."
Pero el mundo entero abrazaba ya la nueva visión del socialismo democrático y las ideas de Hayek eran rechazadas. Sin embargo, lejos de batirse en retirada, inicia un contraataque con la publicación de un libro que cimbraría el mundo con una potencia superior al Das Kapital de Carl Marx. La magna obra de este economista; "Camino a la Servidumbre", era una clara advertencia de lo que el destino preparaba para los países que se disponían a vestir, o, ya vestían los ropajes del socialismo.
Hayek, con visión profética, advertía, al igual que Jefferson, la comunión de socialismo y democracia para abrazar el mundo y afirmaba: "El socialismo no se puede justificar aun cuando se haya ejecutado democráticamente. No se puede justificar la creencia que, porque el poder se logra vía el voto popular, llega vacunado contra la tiranía y la injusticia. El seguía la tradición anglo-americana definiendo democracia en las palabras de Churchill: "Es la peor forma de gobierno excepto todas las demás."
Hayek afirmaba su libro ser una oda a la sociedad individualista puesto que, esa misma tradición le hubiera dado vida a la civilización occidental. La esencia del liberalismo clásico y el nuevo libertarianismo, es un avalúo del humanismo cuyo foco principal es el individuo. Con nítida claridad exponía la importancia, para una sociedad libre, de incorporar los principios de propiedad privada y un mercado competitivo que deban producir precios, ganancias y la libertad para intercambiar bienes y servicios.
La crítica más devastadora de Hayek al socialismo, además de su ausencia de libertad, era su incapacidad para establecer precios reales. Sin propiedad privada era prácticamente imposible definir precios. En la ausencia de una economía de intercambio con propiedad privada, mercados competitivos, respeto de contratos, generación de ganancias, es imposible establecer precios y así, es también imposible generar información financiera real. Sin esas herramientas, las decisiones económicas eficientes se hacen imposibles.
La primera impresión del libro de Hayek en Inglaterra, fue de solo 2,000 copias que se agotaron en cinco días. Durante los siguientes meses el libro se ubicaba en la lista de los Best Sellers en toda Europa, EU y Canadá. Hayek se había convertido en una celebridad, su libro era el inicio del contraataque de los liberales y se disponía a fundar la "Mont Pelerin Society", que activaría de nuevo el espíritu liberal.
Hace unos días una persona que yo considero amiga, de un nivel social y educativo superior al de las masas y, finalmente, navegando en el mundo de las comunicaciones políticas mexicanas, por mis agresivas críticas a los gobiernos en general y, en especial, a la clase política mexicana, me acusa de ser un resentido. Ello trajo a mi mente la famosa frase de la líder negra en EU, Harriet Tubman, meses después del final de la guerra civil:
"Liberé muchos esclavos y pude haber liberado muchos más, si tan solo ellos hubieran tenido consciencia de que eran eso; esclavos."
Una de las grandes diferencias entre la cultura anglosajona de EU y la de los mexicanos, es que en México, herencia del absolutismo de la corona española, nos instalaron el programa del gobierno omnipotente en manos del tirano en turno a quien se le venera. En el caso de EU, gracias básicamente a Jefferson, identificaron el gobierno como un mal necesario al cual se debía vigilar con ojos de halcón para mantenerlo a raya y no perdiera la visión de su única responsabilidad, protección de la sociedad.
Pero ¿qué ha sucedido desde entonces?
Al finalizar la segunda guerra mundial, se consolidaba un proyecto iniciado 25 años atrás en la primera conflagración mundial: La toma por asalto del continente europeo por una nueva forma de gobierno inspirado, entre otras fuentes, por la emergencia de los jacobinos socialistas quienes habían "suavizado" las ideas de Marx, dándole vida a un nuevo socialismo democrático. El movimiento de inmediato reclutaba mentes del calibre de George Bernand Shaw, Sidney Webb quienes jugaran un papel crucial en la fundación del London School of Economics (LSE) para convertirlo en el nido del socialismo moderno.
El movimiento nacía con tal potencia que, en las elecciones inglesas de 1945, el gran héroe en la victoria aliada sobre el nazismo, Winston Churchill, era derrotado por el candidato socialista Clement Attlee, y de esa forma iniciar el calvario británico que, a finales de los años 60, postrara el imperio en agonía consecuencia de nacionalizaciones de empresas privadas, impuestos marginales que llegaban al 90% y el crecimiento de una voraz burocracia que devoraba sus entrañas.
Se iniciaba el vía crucis europeo cuando abrazaba el socialismo democrático, y pareciera que ahí mismo se dibujaba el futuro de la humanidad.
Sin embargo, durante los años 30 un desconocido filósofo y economista arribaba a Inglaterra y sentaba su base en el LSE, F.A. Hayek. Este hombre llegaba portando unas ideas diferentes que emergían en su país de origen, Austria. Hayek heredaba la batuta de un liberalismo más puro que el tradicional, cuyas raíces se podían rastrear hasta los escritos de otro economista austriaco, Carl Menger.
Durante los años finales de la década de los 30 y durante los años de la segunda guerra mundial, Hayek protagoniza un legendario debate permanente e ideológico con otro famoso economista, John Maynard Keynes. La bandera de Hayek era muy clara: "El gobierno no debe dirigir ni controlar la economía sino establecer, y hacer que se cumplan, leyes de propiedad e intercambio que permitan a los individuos interactuar entre ellos de la manera material más productiva. Libertad propiamente concebida, no es ausencia de la ley, es su supremacía".
Las ideas de Keynes eran totalmente contrarias a las de Hayek con las cuales él solicitaba el gobierno interventor dando vida a la economía mixta. En uno de esos debates Hayek le demostraba que sus políticas eran ilusorias y solo daban resultados en corto plazo, pero en el largo plazo nunca funcionarían. En ese momento Keynes, sintiéndose acorralado respondía: "En el largo plazo todos estaremos muertos".
El mensaje de Hayek lo interpretaba Ayn Rand: "Liberalismo produce hombres de ego autosuficiente, responsables, de juicio independiente, el hombre cuyas convicciones, valores y propósito son producto de su propia mente. El hombre que vive para sí mismo. El socialismo produce el parasito espiritual, el dependiente que rechaza la responsabilidad y es moldeado y dirigido por otros, el colectivista de espíritu que ubica a los demás por encima de sí mismo. El liberalismo edifica un gobierno limitado a la protección sin mandato para ser el amo, ni distribuir la riqueza de quienes la generan en beneficio de los que no la producen."
Pero el mundo entero abrazaba ya la nueva visión del socialismo democrático y las ideas de Hayek eran rechazadas. Sin embargo, lejos de batirse en retirada, inicia un contraataque con la publicación de un libro que cimbraría el mundo con una potencia superior al Das Kapital de Carl Marx. La magna obra de este economista; "Camino a la Servidumbre", era una clara advertencia de lo que el destino preparaba para los países que se disponían a vestir, o, ya vestían los ropajes del socialismo.
Hayek, con visión profética, advertía, al igual que Jefferson, la comunión de socialismo y democracia para abrazar el mundo y afirmaba: "El socialismo no se puede justificar aun cuando se haya ejecutado democráticamente. No se puede justificar la creencia que, porque el poder se logra vía el voto popular, llega vacunado contra la tiranía y la injusticia. El seguía la tradición anglo-americana definiendo democracia en las palabras de Churchill: "Es la peor forma de gobierno excepto todas las demás."
Hayek afirmaba su libro ser una oda a la sociedad individualista puesto que, esa misma tradición le hubiera dado vida a la civilización occidental. La esencia del liberalismo clásico y el nuevo libertarianismo, es un avalúo del humanismo cuyo foco principal es el individuo. Con nítida claridad exponía la importancia, para una sociedad libre, de incorporar los principios de propiedad privada y un mercado competitivo que deban producir precios, ganancias y la libertad para intercambiar bienes y servicios.
La crítica más devastadora de Hayek al socialismo, además de su ausencia de libertad, era su incapacidad para establecer precios reales. Sin propiedad privada era prácticamente imposible definir precios. En la ausencia de una economía de intercambio con propiedad privada, mercados competitivos, respeto de contratos, generación de ganancias, es imposible establecer precios y así, es también imposible generar información financiera real. Sin esas herramientas, las decisiones económicas eficientes se hacen imposibles.
La primera impresión del libro de Hayek en Inglaterra, fue de solo 2,000 copias que se agotaron en cinco días. Durante los siguientes meses el libro se ubicaba en la lista de los Best Sellers en toda Europa, EU y Canadá. Hayek se había convertido en una celebridad, su libro era el inicio del contraataque de los liberales y se disponía a fundar la "Mont Pelerin Society", que activaría de nuevo el espíritu liberal.
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