“Las mismas viejas canciones, las mismas disputas, los mismos caciques. Siete años después de aquella llegada de Palacios Alcocer a la presidencia del PRI, el partido vive la misma película, con la misma trama y los mismos actores.”
Mientras el indigno y molesto documento: “¿Ya se te olvidó?” continúa circulando para defender la mediocre administración de Vicente Fox, el país parece desmoronarse ante los ojos de más de cien millones de mexicanos cuando la película de horror nos devela la ya aborrecida clase política, como una feroz coyotera devorando un indefenso becerro.
Son tantas las señales pero con la mantra “no estamos tan mal,” sufriendo de irresponsable miopía, ignoramos la hemorragia nacional cuyo desenlace no luce prometedor. Lo hemos señalado desde que entendimos que, esa nave llamada Fox, no es que hubiera naufragado, simplemente permaneció anclada sin abandonar el puerto. Pero ahora, con los milagros de la publicidad, se nos empaña la vista para no distinguir la realidad. Pero más grave, nos impide darnos cuenta de la horda de piratas listos para el abordaje.
Hace días el prestigiado periodista, Ramon Alberto Garza, dictó una interesante charla que, si me quedaba alguna duda de lo que afirmó, en esos momentos desapareció. El comunicador hace una comparación de la situación política actual con la de 1998, cuando se afilaban los machetes para la lucha por la presidencia, que nos debe de producir escalofríos.
Veremos primero el estatus político dentro del PRI en esa era:
I.- El PRI vivía una crisis interna como consecuencia de la disputa por la candidatura presidencial del 2000, y para mediar la disputa deciden imponer a Mariano Palacios Alcocer en la presidencia del partido.
II).- Roberto Madrazo y Manuel Bartlett, este último apoyado por un Sindicato de Gobernadores liderado por Mario Villanueva de Quintana Roo (hoy en prisión por narcotráfico), peleaban fieramente la candidatura a la presidencia de la República.
III).- Elba Esther Gordillo, se inconformó en aquel entonces con la designación de Palacios Alcocer y demandó “nuevas formas de hacer política”. El nuevo presidente del PRI la acusa de indisciplinada y rebelde, amenazándola con su expulsión.
IV).- Palacios Alcocer declaraba hace siete años que, “el priismo requiere atender y resolver asuntos de enorme trascendencia como es definir en el ámbito estatutario el método, procedimiento, requisitos, competencia interna y tiempos para la postulación del candidato a la Presidencia de la República.”
V).- La clase empresarial de entones declaraba que las disputas entre los priistas eran “una señal de pleitos entre dictadores y caciques que no quieren soltar el poder”.
Las mismas viejas canciones, las mismas disputas, los mismos caciques. Siete años después de aquella llegada de Palacios Alcocer a la presidencia del PRI, el partido vive la misma película, con la misma trama y los mismos actores. ¿Vendrá el mismo desenlace de pérdida de poder? Y si es así ¿Hacia donde viaja ese poder?
¿Cuál fue el saldo de Mariano Palacios Alcocer al frente de aquél PRI de 1997 a 1999?
a).- Incapacidad de apaciguar la sucesión adelantada. A la pugna Madrazo-Bartlett se sumaran los predestapes de Humberto Roque Villanueva, Miguel Alemán, José Ángel Gurría, Esteban Moctezuma y Francisco Labastida.
Un reporte de la inteligencia norteamericana de entonces advierte: “He failed in his mission to democratize his party”
b).- Rompimiento con tres dirigentes priistas claves que desertaron al PRD, y demostraron que las mayorías estaban con ellos. Ricardo Monreal en Zacatecas; Alfonso Sánchez en Tlaxcala y Leonel Cota en Baja California Sur.
c).- Dos frases que terminaron siendo el choteo político de la época: “Vamos a cortarle el dedo al Presidente y en el PRI, ni tapados ni candados.”
Ni Zedillo se cortó el dedo, pues terminó imponiendo a su secretario de Gobernación como candidato y al anunciar que no había tapados, se desató una carrera sangrienta por la postulación presidencial del 2000.
Pero ahora por un accidente político, Alcocer fue considerado para el relevo cuando Madrazo falló el golpe final que, con la complicidad de Arturo Montiel, buscaba colocar a Beltrones como nuevo jerarca tricolor.
Madrazo nunca ha visto en Manlio Fabio a un incondicional. Receloso de sus vínculos con Emilio Gamboa, lo utiliza como golpeador, tal como sucedió en el caso de la salida de la Maestra de la coordinación legislativa en el 2004.
Aún así, Madrazo terminó convenciendo a Montiel de que la mejor carta de unidad sería Manlio Fabio. Montiel aceptaba pero a cambio de instalar en la secretaría de Organización a Jesús Murillo Karam, y respetando la secretaría general para la Maestra.
Un cónclave entre el expresidente Carlos Salinas, Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto, Manuel Cadena, Alfonso Navarrete Prida y Otto Granados, terminó por vetar a Manlio y por proponer el ascenso de Palacios Alcocer.
Y al igual que sucedió con la interna del Tucom donde el clan Salinas logró sacar adelante a Montiel por encima de Jackson, ahora los tecnócratas volvían a operar por encima de los intereses del clan Gamboa/Manlio/Hank.
Beltrones tenía no solo redactado, sino incluso ensayado ante los suyos, el discurso de toma de protesta como presidente del PRI, hecho que esperaba se consumara el día de su cumpleaños. Madrazo se lo había prometido, pero nuevamente incumplió.
El punto crucial, sin embargo, fue la animosidad que la designación de Palacios Alcocer despertó en un personaje clave del priismo, la profesora Elba Esther Gordillo. Y es que históricamente los destinos de Palacios Alcocer y Elba Esther están contrapunteados.
Ya en 1997, el entonces presidente del PRI se confrontó con Elba Esther, entonces dirigente de la CNOP, a la que amenazó con expulsar por su indisciplina. Mas tarde, en el 2003, acusó a la Maestra de complicidades con el gobierno panista de Vicente Fox e inició una campaña exigiendo su renuncia a la secretaria general del PRI.
Y ahora en la disputa del 2006, fue el nuevo dirigente priista el que tomó la bandera de ataque contra Elba Esther, demandando su expulsión del partido. Pero el desenlace no será sencillo. La Maestra podría ser expulsada. Pero emprenderá una batalla legal que podría colocar al PRI en un severo predicamento.
Ello debido a que entre más se prolongue la disputa en los tribunales, el potencial revés para el PRI y la obligación de reinstalar en su presidencia a la Maestra, podría terminar invalidando todos los acuerdos que se tomen desde que se eligió a Palacios Alcocer, incluyendo la selección del candidato presidencial.
Y al igual que al inicio, la citas no son de hoy. Son tomadas de la revista Siempre del 18 de septiembre de 1997. Nada nuevo bajo el sol. ¿Veremos el mismo desenlace y desgaste de poder que se dio en la antesala del 2000?
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