Tuesday, November 8, 2016

PENACHOS Y PIDICHES



REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
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Durante las ultimas semanas de nuevo ha emergido a la superficie política  del país el debate que me parece si lo pusiéramos a discusión a un grupo de niños de primaria, sus conclusiones serian infinitamente mas lógicas que los exabruptos de nuestros congresistas y los graznidos de la mayoría de los gobernadores, incluyendo los del PAN. El tema que una vez más ha encendido de las pasiones nacionales se describe con la mágica frase que nos transporta a la era de Echeverría: Gasto del Gobierno.


Todavía existen cavernarios que piensan que la mejor fórmula para estimular la economía es el acelerado gasto del gobierno; peor, piensan que el gobierno tiene fondos ilimitados y debe de gastarlos como ejidatario embacanorado saliendo del Banco Rural, y así producir esa bonanza en todos los rincones del país. Pero todavía aun peor. Bloquean una reforma fiscal que pudiera darle un poco de aire al moribundo y asumiendo actitudes como la de los macheteros de Atenco, tratan de forzar a un debilitado ejecutivo federal para irresponsablemente darle una purga al paciente que sin duda como ya lo ha advertido el Secretario de Hacienda, nos asomaría al mismo precipicio por el cual se despeñó Argentina.

Nuestros políticos todavía no digieren lo sucedido en las elecciones de los EU hace unos días. Si usan un poco su cerebro, se darán cuenta que los mercados que controlan el mundo ya no responden a las acciones casi desesperadas del FED y aun con niveles de intereses no vistos en 40 años, el votante global mas influyente; el Dow Jones, no responde a la medicina por lo cual es un hecho el cambio de la política económica de la era de Clinton similar a la que produjo el milagro japonés de los 80s, que edificara una burbuja que finalmente reventó y ha mantenido al país del sol naciente en una larga recesión deflacionaria y con un potencial Fobaproa de 1 trillón de dólares.

Las advertencias en contra del manejo mesiánico del FED han empezado ya a emerger en voces del calibre de Art Laffer, Bob Bartley editor del Wall Street Journal, Larry Kudlow el economista de moda, en el sentido de que la mejor forma de atacar el problema en el frente fiscal, sería acelerando los recortes de impuestos ya aprobados y hacerlos permanentes. Ahora, si Bush realmente se quiere colocar una pluma en el sombrero, con el mandato recibido del electorado se debería de tiran para eliminar el fatal impuesto sobre ganancias de capital liberando trillones de dólares que permanecen aprisionados por tal cadenas, y de esa forma provocar un boom similar al del mercado de casas residenciales.

Ahora que el Presidente Bush tiene Carte Blanche, se espera reviva su agenda Supply—Side tan acotada por los demócratas para ejecutarla en toda su extensión. Es decir, la columna de su gobierno que ahora será base para la rehabilitación, es la política fiscal de recortes pero de ambos extremos de la piola; impuestos y mas importante, los abultados gastos del gobierno contra los cuales la banda de Buchanan, Tullock y últimamente el novato galardonado con el Premio Nobel Vernon Smith, han levantado sus voces durante años.

Nosotros después de la florida época de la disciplina fiscal de Ortiz Mena, caímos en manos de políticos no sólo populacheros, ignorantes y de coeficientes intelectuales que eran un insulto a la lógica y la razón. Supuestamente ya nos dimos cuenta lo que eso produjo; devaluaciones, miseria, endeudamientos. Nos ha tomado más de una década medio enderezar el barco—pero un barco con una carga explosiva que ante la mas pequeña marejada puede detonar—y todavía no entendemos. El peligro no es que los políticos de hoy día sean más ineptos o rapaces que los que los precedieron, sino que nuestros países como los boxeadores viejos, están ya tocados y no aguantan otra paliza.

Es realmente patético observar a los gobernadores del bloque duro hacer su presencia en el congreso pidiendo a los legisladores sumarse en su ignorancia. Casi me atrevo a recomendar a nuestros compasivos gobernadores que lean el extraordinario libro de Pedro Aspe: “Economic Transformation  the Mexican Way” especialmente el capitulo de Reforma financiera y fiscal, pero como se no le van a entender; me abstengo. Los recientes exabruptos de Madrazo afirmando que el ejecutivo está mas preocupado en controlar la inflación, incrementar las reservas de Banxico que en llevar bienestar a la mesa de los mexicanos, solo confirman esa ignorancia; no se puede llevar bienestar a ninguna lado cuando las variables macroeconómicas no están controladas.

Las explosiones priístas en contra de las declaraciones de Zedillo llenas de lógica  y sentido común en un tema de lo cual es experto, se asemejan a la reacción volcánicas de un lenón cuando alguna de sus reclutas después de una mala noche le reporta no tener dinero para entregarle. Particularmente me llama la atención las de Patricio Martínez quien es graduado del Tecnológico de Monterrey en donde tomamos juntos varias clases de Administración Financiera, y debería de saber cuando se baja el cero y no toca.

Cuando entenderán nuestros políticos que para gastar hay que tener y no tenemos. Ahora; si queremos gastar primero hay que crear riqueza en un esquema adecuado a este tercer milenio en el cual la responsabilidad de un buen gobierno es solamente establecer las condiciones para que los miembros de la sociedad civil la creen—“los gobiernos no crean riqueza”. Mientras México no tenga entre otras cosas un sistema impositivo competitivo que promueva la inversión y una economía que goce de libertad, no estaremos creando riqueza y nuestros pobrecitos gobernadores no podrán gastar. A no ser que sigan el consejo del Presidente y les claven las uñas a sus Estados---¿mas?

Cuando Ronald Reagan tomó la presidencia de los EU en medio de una crisis pocas veces atestiguada, inició de inmediato su plan de emergencia y lo anunció de esta forma: “Solo reduciendo agresivamente el crecimiento del gobierno, podemos incrementar el crecimiento de la economía.” Su programa incluía cuatro objetivos básicos: 1) Reducción dramática e inmediata del gasto del gobierno. 2) Reducción de las tazas de impuestos marginales tanto al trabajo como al capital. 3) Reducción agresiva de regulaciones. 4) Reducción de la inflación controlando el crecimiento de la masa monetaria.

Las ideas de Reagan cabalgarían por los pasillos  del congreso americano durante los casi siguientes 20 años en un carrusel tal, que hasta el “Came Back Kid Clinton” luego del susto que le dieran los republicanos en las elecciones de 1994, se convirtió al Reganismo. Esa filosofía fue la responsable del milagro americano de los casi dos décadas de prosperidad, y son las ideas que ahora se aprestan a reinstalar para repetirlo. Entonces Sres. Gobernadores,  Congresistas y políticos en general; instrúyanse un poquito y no jalen la cobija..

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