Wednesday, November 2, 2016

CLINTONOMICS AL DESNUDO



REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
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En días recientes el mundo ha entrado en una espiral de histeria ante lo que parece ser un “reversal of fortune” de la economía de los EU, tanto que hasta al impasible Alan Greenspan decidió era ya la hora de detener tal hemorragia mediante una baja abrupta de los tipos de interés. Sin embargo, durante todo el año que acaba de fenecer, los fantasmas que se anticipan al camino de las negras recesiones han estado haciendo su aparición entre los laberintos de Clintonomics, mismos que fueron ignorados y los han dejado cabalgar sin tan siquiera como dicen en el rancho; “Tirarles el sombrero.” 

El presidente electo desde hace varias semanas ha estado advirtiendo de tal situación ante las ya muy obvias referencias, pero de inmediato los cardenales demócratas atacaron acusándolo de provocar pánico al promover las expectativas racionales de un “barranco” económico en el horizonte de los americanos. Lo que se avecina en los EU es una experiencia que deba de pasar a los libros de historia para observar cómo un nuevo gobierno lidió con la primera recesión del nuevo siglo y el nuevo milenio, ante una economía que nada de paralelo tiene con la que los “expertos” han querido compararla; la que antecedió a la gran depresión de 1929---misma que hundió al mundo entero en la mas profunda de las crisis del finito siglo XX.


No cabe duda el que los últimos 20 años de historia económica mundial han sido fascinantes--- pero especialmente la de los EU. A finales de los 70s y principios de los 80s tuve la gran oportunidad de tomar un entrenamiento en el que en esa época era el banco más grande y poderoso sobre la faz de la tierra; Bank of America. Desde el inicio de mi programa pude yo comprobar la gran depresión anímica y colectiva de la sociedad americana. Eran los años de Carter y su grave economía afligida por los más fatales de sus enemigos; la inflación con una muy grave recesión. En cierto momento de esa triste época, los intereses se llegaron a situar en el 21%, la inflación arriba del 15%, el PIB decreciendo, y el mundo entero mofándose del atrofiado poder del tío Sam.  

Sin embargo, en Enero de 1981 el pueblo americano le entregaba su esperanza y su futuro al gran comunicador; Ronald Reagan. De inmediato Reagan rodeado de los economistas, pensadores y políticos liberales más prestigiados de esa época, iniciaron el periodo de rehabilitación más grande en la historia moderna de ese país. Ese mismo año aparecen en la portada de la revista Fortune sus zares económicos; David Stockman, Martin Anderson, Donald Regan, y Murray Weidenbaum, mismos que habían tomado la responsabilidad de cambiar el tratamiento del enfermo al que ya muchos desahuciaban. Ellos harían equipo con los dos hombres que habían iniciado la nueva revolución copérnica en el panorama económico del siglo; Supply—Side: Robert Mundell y Art Laffer.

En los siguientes siete años los EU viviría una de las épocas de mayor prosperidad en su historia; el periodo al cual los editorialistas del Wall Street Journal bautizaron como: “Los 7 años de vacas gordas.” Fue esa la más grande expansión económica de la historia. La riqueza brotaba de las fábricas  y negocios, y los americanos cada día acumulaban esa riqueza. Fueron 70 meses de crecimiento ininterrumpido, y el más largo desde que se inició el conteo estadístico del comportamiento de la economía en 1954. Fueron creados 20 millones de empleos. A finales de 1981 cerca de 100 millones de americanos trabajaban. A finales de la década, mas de 120 millones.

Sin embargo, el legado histórico de Reagan va mucho más allá de esas estadísticas. Reganomics sentó las bases de la prosperidad que los EU han gozado durante los últimos 10 años, y lo hizo como afirma Mike Dell--el billonario fundador de Dell Computers--“promoviendo al empresario de todas las avenidas como el héroe que desafía los limites de su imaginación para crear cosas nuevas.” Sin Reagan afirma Dell, “la revolución tecnológica de los últimos 15 años no hubiera sido posible.” Pero tal vez lo más trascendental de su legado fue el haber obligado a la Unión Soviética a ir la banca rota. Reagan al retar a la URSS y obligarla a mantener un gasto militar del 25% de su PIB, la llevó de la mano a su desintegración y al final de la guerra fría.

En Enero de 1989 Reagan le entrega las riendas del país a su Vicepresidente George Bush Sr. celebrando unas elecciones que califican la popularidad de su gestión, puesto que Bush gana la presidencia en una avalancha de votos. Sin embargo, el nuevo presidente sucumbe ante la presión de la mayoría demócrata en el Congreso, y aprueba un aumento de impuestos rompiendo la promesa que había hecho al pueblo americano. La mala decisión de Bush acompañada de una escalada en los precios del petróleo, hace que la prosperidad de Reagan tenga un tropiezo y el país entra en una débil recesión que sólo dura unos meses, pero que sin duda le hace perder la presidencia en 1992 ante el carismático Bill Clinton.  

Bill Clinton toma posesión como presidente en Enero de 1992 ante una economía que fácilmente había vencido la suave recesión, y ya  rugía en su camino  hacia otra de las grandes avenidas que la proyectaría en los siguientes años a superar un PIB de 10 trillones de dólares. Sin embargo, Clinton de inmediato inicia su plan para derribar las reformas de Reagan y sus Supply—Siders tratando de una vez mas establecer el Keynesianismo en el manejo económico del país, alineado con los revisionistas que pedían el convertir a los EU en  otro esquema Japón Inc. Un capitalismo de estado, manoseado, controlado, un comercio internacional planeado por la burocracia—para lo cual Clinton inicia con el aumento de impuestos más grande en la historia del país.    

Aun ante el aumento de impuestos que viola el mandamiento #1 del Supply—Side, uno de sus grandes exponentes; Steve Forbes, pronostica el crecimiento agresivo de la economía como algo inevitable y producto de las acciones de Reagan una década antes, pero advierte que se pierde la oportunidad de crecer al doble y sin inflación. Forbes profetizando advierte también que la pesada carga fiscal de Clinton tarde o temprano sabotearía esa gran expansión. El primer Secretario del Tesoro de Clinton--el conservador Loyd Betsen--ante los aspavientos de Bill y Hillary renuncia al segundo año al tiempo que los republicanos tomaban el Congreso por asalto por primera vez desde los años 50s. Después de la exitosa gestión de un banquero; Robert Rubin, quien logra contener los estertores populistas de la pareja imperial, Clinton le entrega la Tesorería al verdugo de México Lawrence Summers.

Desde el inicio de la administración que está por terminar, el famoso Dr. No; Ron Paul, pronosticó el derretimiento de lo que él llamó la burbuja Clintoniana que se había inflado basada en el expansivo crédito y emisión exagerada de dólares de parte del FED—que ha promediado 30% anual. Ahora el reto del nuevo presidente es el rescatar al país de esa burbuja. Entre tanto, ante los estertores de una economía globalizada, el mundo entero espera con ansias y gran nerviosismo la toma de protesta de George W. Bush.  El nuevo presidente—siguiendo la misma ruta de Reagan-- tiene sobre su escritorio el plan de recorte de impuestos más agresivo de la historia como la única forma de evitar una grave recesión. Si es aprobado por el Congreso, finalmente quedará demostrado que el Supply—Side es el camino del nuevo milenio.

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