REFLEXIONES LIBERTARIAS
Por Ricardo Valenzuela.
Hace aproximadamente un año y medio, publicamos un artículo titulado "Ventana hacia el futuro". El artículo dió origen a un buen número de mensajes electrónicos que criticaban acremente su contenido, en varios se nos tachaba de orates. Algunos de mis propios amigos coincidieron en aquellas críticas.
En nuestro escrito hacíamos algunas predicciones en vísperas de las elecciones presidenciales del 2000. El primer párrafo decía:
"Hermosillo, Sonora, septiembre 20, 2003. El presidente Vicente Fox arribó el día de hoy a Hermosillo acompañado de algunos miembros de su gabinete, entre ellos el nuevo presidente del Banco de México, Dr. Francisco Gil Díaz, el secretario de Hacienda, Dr. Fausto Alzati Araiza, el secretario de Comercio, Dr. Roberto Salinas León, y el secretario de Gobernación, Diego Fernández de Cevallos. El presidente Fox llegó vía Mexicali acompañado también por el nuevo Gobernador de Baja California, Eugenio Elorduy, siendo éste el tercer gobernador panista de este estado vecino en los últimos casi 15 años".
Estoy desempolvando mis archivos por una razón que reviste gran importancia para todos los sonorenses: Como sabemos, Eugenio Elorduy acaba de resultar electo gobernador de Baja California, dando al PAN su tercera victoria consecutiva. Eugenio Elorduy -el ciego, como le decimos sus amigos- fue compañero nuestro durante toda la carrera en el Tecnológico de Monterrey; lo digo en plural porque éramos algunos los sonorenses en aquel grupo: Héctor Rubén Mazón, el Buby, Manuel Torres, el Froy, Carlos Acosta de la Llata, Arturo Ortega, Enrique Corella, el Tingas, entre otros, es decir, lo conocemos muy bien. Todos formábamos parte del grupo compacto de amigos de Sonora y Baja California.
Unos meses antes de publicar el artículo citado, sostuve un inspirador encuentro con Eugenio en San Diego que se prolongó por varias horas y que me llevó a publicar otro bajo el título de "El Patito Feo del Norte". Este hacía una descripción del vergonzoso atraso de Sonora en comparación con el resto de los estados fronterizos. A Eugenio, en aquellos momentos presidente municipal de Mexicali, le expresé mi admiración por el desarrollo de su ciudad, a la que años atrás ellos mismos describían como "un mugrero". ‘El Ciego’ me respondió: "Hemos trabajado duro para lograrlo, pero gran parte del éxito ha sido cortesía de los malos gobiernos que ha tenido Sonora, y sobre todo, de los empresarios mercantilistas de tu estado".
La tajante afirmación de Eugenio me produjo tal inquietud que le exigí una explicación. "Muy sencillo, afirmó, los pésimos gobiernos que ha tenido Sonora han hecho que las oportunidades de la frontera noroeste las aproveche Baja California. Infinidad de empresas, mexicanas y extranjeras, que han explorado posibilidades en Sonora, encuentran un ambiente tan deplorable en los sectores público y privado, que se deciden por Baja California, y en particular, por Mexicali. Por otra parte, agregó, estamos importando talento; en Mexicali tenemos cantidad de profesionistas de Sonora que por falta de oportunidades allá, simplemente emigran, y ese capital humano está enriqueciendo a nuestro estado.
Quienes conocemos a Eugenio Elorduy, sabemos que Baja California acaba de elegir un gobernador de lujo. Siendo un promotor nato, posee una visión ambiciosa para su estado, es honesto a más no poder, y tiene mano dura para lidiar con los corruptos. Estas buenas noticias para nuestro vecino estado, no lo son tanto para Sonora. El equipo que está configurando Eugenio se orientará, novedosa y agresivamente, a la promoción económica de su Estado, yendo tras las oportunidades que se presenten al noroeste de la República, en abierta competencia, claro está, con Sonora. Podemos afirmar que si en los últimos 20 años nos han tenido contra las cuerdas, es ahora cuando podemos recibir el golpe final.
Pienso que este panorama debe invitar a todos los sonorenses a una profunda reflexión. ¿Cómo hemos permitido que nuestro estado ahonde en la mediocridad?, pero, más importante, ¿Vamos a permitir que Sonora se siga hundiendo en el pantano de la inmundicia? Si no lo hemos de permitir, ¿Qué es lo que vamos a hacer?.
El mundo está sufriendo una transformación sin precedentes; México, aún remando contra la corriente, está haciendo historia provocando cambios, inimaginables hace unos cuantos años. Sin embargo, pareciera que Sonora sigue suspendido en el espacio del pasado, un pasado que ya no existe, un pasado que sólo pervive en la mente de los sonorenses. Un pasado muerto y enterrado en el resto del norte del país.
Uno de los secretos del éxito de Baja California es el espectacular desarrollo que ha experimentado la sociedad civil, libre ya del yugo del priísmo, lo que le permite proyectar a esa entidad a las alturas del primer mundo.
Por otro lado, el cambio político ha motivado también un cambio en la cultura y mentalidad del bajacaliforniano. Estos no buscan ya la dependencia del Estado, por el contrario, la rechazan agresivamente. No hablan de la trillada "justicia social", buscan oportunidades. No voltean hacia el DF esperando ayuda, orientan sus miradas a los mercados mundiales en busca de negocios.
Al final de uno de sus conciertos, el cantautor argentino Facundo Cabral presentó a su madre al entonces presidente Raúl Alfonsín. Como un gesto de cortesía, el mandatario argentino preguntó: ¿Señora, que puedo hacer por usted? La madre del músico, poco afecta a las sutilezas de la diplomacia, respondió: Señor presidente, con que no me joda es suficiente". Esta es justo la actitud que han asumido los bajacalifornianos, no la mercantilista de los sonorenses, y eso hace la gran diferencia. Si en algún estado funcionan los mercados libres, es en Baja California. Si en México existen mexicanos liberados, es en Baja California.
Pero ahora Sonora tiene una oportunidad ante su puerta: las elecciones del año 2003. Se presenta ahora la oportunidad de elegir a un verdadero gobernante, a un hombre con la visión para, primeramente, despertar a los sonorenses y regresar el poder que se le ha arrebatado a la sociedad civil. Un hombre que finalmente enarbole la bandera del cambio en el estado. Sólo así podrá refrendarse el respeto que merece la gubernatura y que se ha perdido en la espesura de la corrupción, la agresión injusta y la impunidad.
Eugenio Elorduy no se formó en el putrefacto pantano de la política tradicional; es un hombre limpio que primero triunfó en su vida cotidiana y luego se entregó a la búsqueda del cambio. No es un hombre hambriento del dinero fácil que antes ofrecía la política, es un soñador y visionario. Sonora necesita un hombre así, forjado afuera, pero con el conocimiento de los caños interiores que nos han heredado tapados de pillaje. Sonora necesita un estadista. Los sonorenses tenemos la palabra.
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