Wednesday, December 21, 2016

LOS EFECTOS DE LAS CAUSAS

REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
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Hace unos días exponía al tiempo que expresaba mi frustración, las grandes disparidades en general y en especial económicas, entre México, Hong Kong, Singapur, e Irlanda. Aun cuando las evidencias son tales que difícilmente aceptan argumentos que las refuten “con inteligencia;” De inmediato la horda de nacionalistas ha iniciado sus ya muy acostumbrados ataques contra todo lo que expreso en mis escritos.

Los cuatro países citados, hace treinta años eran los basureros del mundo. Sin embargo; magia, en estos momentos todos a excepción de México, son no-solo de los países más prósperos, avanzados, con los niveles de vida más altos del planeta; Sino que ofrecen un gran futuro para las generaciones en puerta. Pero creo hay distinguir muy claramente los resultados de lo que los ha provocado, es decir, causa efecto, puesto que sus transformaciones no son producto de la casualidad o de algún milagro de los que los mexicanos tanto acostumbramos a pedir ante los altares revolucionarios de los curas y los políticos.



Hablemos de Singapur. Cuando Lee Kuan Yew su legendario líder tomara el poder en los años 60, el ingreso per capita de sus habitantes era de $400 dólares. En estos momentos es de casi $30,000. El de México en esos años era un poco superior al de Singapur; $700 (desarrollo estabilizador), y en estos momentos no alcanzamos $5,000. Es decir, el ingreso de Singapur es seis veces superior al nuestro. Entonces, ¿qué fue lo que sucedió en estos 30 años que originara esta vergonzosa disparidad? No faltará perredista que sugiera el que Singapur fue invadido por seres de otros planetas, y eso no se vale.

Lo que verdaderamente sucedió en Singapur al igual que Hong Kong y recientemente Irlanda, fue la ejecución de programas de liberalización primero económica, seguidos por reformas complementarias que exigen esas libertades para que tengan verdaderos efectos y permanencia. Si alguien hubiera afirmado en 1968 el que Singapur se convertiría en uno de los centros financieros más importantes del mundo; sin duda lo tendrían internado en un manicomio. Sin embargo, fue precisamente la sabiduría de su líder cuando observó que su país podía ser el alfiler que cerrara la pinza de la transferencia mundial de capital durante las 24 horas del día, que se inicia cada jornada en Zurich.

El secreto del éxito de esos países lo definen las palabras de Lee Kuan Yen en sus memorias: “La sabiduría aceptada en esos días era la de algunos economistas cuando afirmaban el que las naciones ricas depredaban de tierra, materias primas, y trabajo barato a los países pobres. Esta escuela de la dependencia que promovían, argumentaba el que las naciones poderosas continuaban su ruta de explotación de la misma forma que lo habían hecho en el colonialismo, dejando a las naciones subdesarrolladas vender materias primas para luego comprar los bienes de consumo de las naciones avanzadas.”

“Pero ante la crisis que enfrentábamos, no podíamos subscribirnos a tal dogma. No teníamos mucho. Lo único era gente, algo de infraestructura, y sobre todo, un gobierno determinado a ser honesto y competente. Decidimos entonces crear un oasis en medio de una de las regiones del tercer mundo. Si nosotros fuéramos capaces de establecer ese oasis con estándar de primer mundo en seguridad, salud, educación, telecomunicaciones, transportación y servicios; y lo más importante, “incentivos fiscales,” podría convertirse en la base de empresarios y capitalistas que se sintieran atraídos por lo que ofrecíamos.”   

“Eso requería preparar a nuestra gente, educarla y armarla para que pudieran proporcionar servicios de primer mundo. Ese se convirtió en mi supremo propósito; el reorientar a nuestra gente apoyados con un sistema educativo muy singular, sindicatos, centros comunitarios y organizaciones sociales. ‘Si los comunistas en China habían podido erradicar las moscas, de seguro nosotros podíamos cambiar los hábitos y la cultura tercer mundista de nuestra gente.’ Teníamos solamente un principio para nuestra sobre vivencia: El que Singapur debía ser más ágil, mejor organizado y más eficiente que los demás países de la región. Debíamos de hacer posible para inversionistas el operar de forma más ventajosa y rentable que en el resto del mundo.”

La historia de los países desarrollados del mundo occidental es muy similar. Sus instituciones se desarrollaron gradualmente, otros los imitaron en un largo proceso. La sociedad civil emergió paralelamente a la maduración del Estado moderno. Esto hizo posible el desarrollo de instituciones representativas que confinaran los poderes del Estado a los asuntos que la sociedad no podía resolver mediante sus arreglos. Pero los Estados post coloniales del  Siglo XX no tuvieron esa oportunidad. Tareas que en el occidente habían tomado siglos, debían de lograrse en décadas y bajo circunstancias mucho más complejas. No había tiempo; era el primero y último tren.

El ejemplo de Singapur debe ser propiedad universal, pero sobre todo una lección para nuestro país porque se le va el tren. Las condiciones y circunstancias de este país no podian ser mas adversas; Sin territorio, sin recursos naturales, con una explosiva mezcla étnica. Pero Lee Kuan Yew pensaba diferente; su visión no era solamente la de un estado que sobreviviera, sino que sobresaliera y aventajara a los demás. Inteligencia, valor, disciplina e creatividad fueron los substitutos de su falta de recursos.

Al leer las palabras finales de este gran libro: “El futuro está lleno de promesas pero también de incertidumbre. La nueva división del mundo será entre los que tienen el conocimiento y los que no lo tienen. Debemos de ser parte de ese nuevo mundo. El éxito que hemos tenido durante los últimos 30 años no nos asegura el futuro. Pero tenemos una mejor oportunidad si nos regimos por los principios básicos que han generado el progreso: libertad para el desarrollo del ser humano, cohesión social compartiendo los beneficios del progreso, oportunidades para los que las busquen, y lo más importante; meritocracia; los mejores hombres y mujeres para el puesto, especialmente como lideres en los gobiernos.”


Viene a mi memoria la imagen en TV del Diputado Martí Bartes afirmando: ¿Querían reforma fiscal? Pues ahí la tienen.   

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